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Artículo y crítica original escrito por Graham Barnfield para The European Conservative, publicado el 10 de septiembre de 2024.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), guardiana global de las marcas comerciales y las patentes, está tomando medidas enérgicas contra el uso de la llamada “terminología masculina” en sus comunicaciones y documentación. Se eliminan palabras como «antepasados», «leñadores» y «hombres de las cavernas», así como la frase «hermandad del hombre». En su lugar, se incorpora una serie de neologismos forzados, con todo el encanto de algo improvisado por un comité, si no por un veterinario tratando de reensamblar animales en el escaparate de una carnicería.
A pesar de las burlas generalizadas, el proceso de eliminar palabras «problemáticas» también tiene un lado siniestro. El documento de directrices sobre lenguaje inclusivo de la organización con sede en Ginebra afirma que el uso de términos «específicos masculinos» corre el riesgo de dar la impresión de que «las mujeres no están representadas en ciertos grupos o no poseen ciertas habilidades».
Según Toby Young, fundador del Sindicato de la Libertad de Expresión:
Cuando la OMPI sugiere que su personal use «asistente de parto» como alternativa a «partera», es como si intentara borrar la historia de una ocupación mayoritariamente femenina que tuvo que luchar contra las restricciones de una profesión médica dominada por hombres. Incluso las mascotas son molestadas, lingüísticamente hablando, y «el mejor amigo del hombre» se reemplaza por «un perro fiel».
[N. de R. Como se ve, la pretendida eliminación de una supuesta “injusticia”, se convierte, incluso, en un imposible ideológico. Su único recurso, a lo único que pueden apelar, es a los eufemismos].
Mientras su brazo de propiedad intelectual reorganiza el idioma inglés, las Naciones Unidas en general están recibiendo críticas sostenidas. A UNRWA, su misión de ayuda permanente a Palestina, se le acusa de albergar terroristas de Hamás, y el gobierno suizo le ha retirado los fondos. Por separado, la hostilidad hacia el «lenguaje de género» coincide con la terrible situación de millones de mujeres y niñas supuestamente bajo los auspicios de la ONU.
Hay muy poco en la realidad, o en la «experiencia vivida», como se dice en la jerga, que aliente a la gente fuera de la OMPI a adoptar su lenguaje, incluso a las empresas que trabajan con patentes y marcas comerciales. Ante el desconcierto público, el siguiente paso lógico es que la agencia adopte un enfoque más agresivo para hacer cumplir las pautas.
Sería mejor si se dejara que el idioma inglés cambie por sí mismo, evolucionando orgánicamente a través del uso y la costumbre, como lo ha hecho a lo largo de su historia. La OMPI[y, en general, todas las agencias transnacionales] necesita dejar de imponer sus reglas y reconocer en cambio que el hogar de un inglés es su castillo, o, para usar la nueva jerga de la ONU, el hogar de un nacional inglés es su castillo.
Fuente: United Nations Agency Declares War on ‘Gendered Language’
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