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La redención de la alegría

Migue 1
Escrito por Sin Medida
Migue 1

“La capacidad de alegrarse es siempre una prueba de la condición moral de un hombre. No es feliz por fuera quien no lo es por dentro. Si una sensación de culpa pesa sobre el alma, ningún placer externo compensa la pérdida del júbilo íntimo. Así como el disgusto es compañero del pecado, la alegría es acompañante de la santidad.”

Venerable Fulton Sheen

Por: Miguel Ángel Navarro.

Actor de teatro, estudiante de Licenciatura en Filosofía de la Universidad Santo Tomas. 20 años. Integrante del Movimiento Interuniversitario Sin Medida.

Uno de los versículos más cortos de la biblia tiene el mensaje más relevante de nuestra vida cristiana, Estad siempre alegres (1 Tes 5:16).

Lo irónico es que como seres humanos nos cueste recordar esta ley de amor. Nuestra vida está llamada a ser una historia bíblica y su género literario sería el de comedia -tradicionalmente hablando- porque tiene un final feliz.

A lo largo de la cristiandad se encuentran grandes comediantes de la vida que a cada instante lograron sacar una sonrisa sobre todo en las adversidades, un ejemplo de esto la respuesta de San Lorenzo en medio de su martirio:

(El emperador) Mandóle pues atormentar toda la noche con varios suplicios, y finalmente asarle en un lecho de hierro a manera de parrillas, en las cuales no mostró el santo ningún sentimiento de dolor; sino que estando asada una parte de su cuerpo, habló al tirano y le dijo: «Ya está asada la mitad de mi cuerpo; manda que me vuelvan de la otra parte, y que me echen la sal.»”. (3)

Gilbeth Keith Chesterton, a quien podríamos llamar el bufón conservador, era destacado por su ironía, las paradojas y el humor sobrio de los británicos. El decía:

Bebe porque estás feliz, nunca porque te sientes miserable. Nunca bebas cuando no puedes estar bien sin el alcohol, o te convertirás en el bebedor de ginebra de cara gris en el arrabal; bebe cuando puedes estar feliz sin la bebida, y serás como el sonriente campesino italiano. No bebas porque lo necesitas, pues esto es beber racionalmente, y la vía a la muerte y al infierno. Bebe porque no lo necesitas, pues esto es beber irracionalmente, y la salud ancestral del mundo.”(4)

Otro gran representante de la comedia católica en el siglo pasado fue el Venerable Obispo Fulton Sheen, siempre empezaba sus catequesis como lo haría Jesús cuando llegaba a un nuevo lugar, haciendo milagros. Monseñor Sheen hacía algo milagroso, hacer reír a su público para romper el hielo: Una vez estaba dando una charla en la iglesia, y un bebé comenzó a llorar, la madre se dirigió para la salida y mientras caminaba por el pasillo le dije: “Señora, su bebé no me está molestando” Ella volteó y me dijo: “No, es usted el que está molestando a mi bebé”. (5)

Traigo estos grandes ejemplos como una invitación a no tenerle miedo a usar la comedia en nuestra evangelización, pues el sentido de nuestra religión es estar alegres. Entonces, pidámosle a Dios ser sus comediantes en la tierra. Y ahora, haré lo que me corresponde… ¿Adán y Eva hacían del dos (defecar) antes de la caída? Mientras escribía este artículo, hice esta misma pregunta a mis conocidos y la reacción general venía acompañada de sorpresa y risa, sobre todo porque la pregunta la hacía con cara de póker, completamente serio. Pero, después de haber leído este artículo se darán cuenta que es una pregunta mucho más profunda y graciosa de lo que parece.

Muchos de nosotros hemos estado en la situación de tener mucho por desechar,  tener que esperar un largo tiempo para poder librarnos de eso, y cuando ya podemos llegar a un baño para hacer del dos, sentimos un gran alivio corporal y hasta un gozo.

¿Pero, por qué pongo este ejemplo? Dentro de las sagradas escrituras, el Espíritu Santo siempre usa lo visible a los ojos para dar analogías de lo invisible, por eso, Dios nos creó para hacer del dos porque nos ayuda a hacer analogías para entender la confesión. ¡Cuánto alivio y alegría no recibe nuestro espíritu cuando desechamos a través del sacramento de la confesión esos pecados que venían siendo una carga y venían dañando nuestra alma!

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Esta pintura revela el gran misterio de la penitencia y cómo
 el sacerdote es el medio por el cual Dios dispensa la gracia del perdón.

Probablemente, Adán y Eva hacían del dos antes de la caída, pero de una manera distinta a la nuestra. Esto lo podemos concluir por lo que dice el Génesis. Dios les da para comer los animales y todos los frutos menos del árbol prohibido, es decir, que antes de la caída ellos comían… ¿qué tipo de comida sería? No lo podemos saber, pero podemos suponer que, aunque siguieran teniendo esos manjares del jardín después de la caída, el problema sería que no sabrían disfrutarlo como lo hacían antes, y ahí está el secreto de nuestra redención.

Ahora reflexionemos este tema a la luz del nuevo Adán y la nueva Eva. Cuando Dios se hace hombre nace en un pesebre, ahí los animales comían, dormían y… hacían del dos, es decir, que Dios no mandó a su hijo al último hotel 5 estrellas del Imperio Romano donde lo esperaban los mejores perfumes del momento. Como San Lucas nos ejemplifica: la Virgen envolvió en pañales al Divino niño, por consiguiente, Dios se humilló también a oler como cualquier otro bebé.

Así mismo, cuando Jesús empieza su ministerio público, se acerca a los rechazados de la sociedad por sus inmundicias tanto físicas como espirituales, y como un buen doctor, atiende a un paciente sin importar el olor tan fuerte que emane de sus heridas. Él los abrazaba y se acercaba a ellos para amarlos y sanarlos. Es decir, Jesús tampoco le hizo el feo al mal olor, porque incluso se volvió un mugriento en la cruz, con tantas heridas de pies a cabeza.

Cuánto se infectaron esas llagas, que debieron de haber cogido tal olor que si hubiéramos estado ahí nos habríamos alejado o tapado la nariz, pero, su Madre, la Nueva Eva, no se apartó ni se tapó la nariz. En todas las pinturas vemos a esa madre que ve a su hijo con un inmenso amor y dolor, está ahí sin importar el olor, a que la humillen, o que a ella también la azoten y crucifiquen. Es ahí donde encontramos la ironía maestra de nuestro Señor, la persona más despreciada, menos querida por el pueblo judío y pagano, fue el que los unió para su ciudad eterna de gozo.           

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En esta pintura de Giotto, vemos que la virgen no solo
está con su hijo, sino que le besa los pies sin asco
y con todo el amor de una madre. (6)

¿Cuántas veces nos quejamos porque un habitante de calle va cerca de nosotros y huele mal? ¿ cuántas veces hablamos despectivamente de un amigo porque tiene chucha? Eso no quiere decir que sea fácil, pero Dios es el primero en dar el ejemplo. Al Paraíso no llegaremos evitando los sufrimientos, ni viviendo una vida con solo buenos perfumes, o sin enfermedades, sino cuando gozamos en el dolor, cuando reímos en las dificultades, cuando amamos al otro, aún más cuando huele mal.

Necesitamos ver en nuestro interior, donde recibimos el ataque de la serpiente, que es lo que quiere cambiar Dios en ti y en mí. Y cuando hayamos eliminado toda esa porquería espiritual veremos que el Reino de Cristo y el final feliz de esta hermosa comedia que ya empezó.

(DISCLAIMER, este artículo no debe dar excusas para no bañarnos, querido lector, si tienes los recursos para bañarte y no lo haces no es por humillarte con el mal olor sino por pereza de tener que bañarte, hazlo con agua fría y ofrece ese sacrificio).

Referencias:

Imagen de la portada: Pintura al óleo de Tiziano, Vecellio di Gregorio, llamada Adán y Eva se encuentra en el Museo del prado en Madrid, España (1)

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