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Según el insidioso enfoque de un artículo publicado por un medio liberal, «la extrema derecha populista» ‘ha llegado para quedarse y está marcando la pauta de la política de la UE’. Pero ¿Es realmente así? El pulso político en la Unión Europea ha ido cambiando, ciertamente, después de décadas de hegemonía de un liberalismo a ultranza que sataniza como «extrema derecha» a todo lo que se oponga a su mentalidad e iniciativas.
En Bruselas se está consolidando un nuevo centro de poder no sólo opuesto a la política que ha imperado allí durante décadas y que ha configurado la actual fisonomía política y social de Europa, sino que se ofrece como una alternativa equilibrada y posible ante los desafueros ideológicos que han tomado el derecho, la educación, las instituciones políticas y el aparato de justicia en favor de un activismo centrado en «nuevos» y muy cuestionables «derechos», de la inmigración indiscriminada, pero en claro y amenazante detrimento de sus mismos ciudadanos.
Fuerzas políticas como los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) han demostrado ser los verdaderos hacedores de reyes en las últimas semanas. Tradicionalmente, el PPE ha formado mayorías votación a votación con facciones políticas centristas y mainstream como los socialdemócratas y los liberales. Durante la campaña electoral, los socialdemócratas amenazaron con no apoyar la reelección de la candidata del PPE Ursula von der Leyen para un segundo mandato de 5 años como Presidenta de la Comisión Europea si había cualquier “cooperación estructural” entre el PPE y el ECR. Ello demuestra el sesgo prevalente y los prejuicios propios de una izquierda recalcitrante que criminaliza toda idea opuesta a su ideario.
Pero el pragmatismo político se impone y, meses antes de las elecciones, el PPE y sus líderes mantuvieron abierta la puerta a los conservadores, especialmente a aquellas partes del ECR que consideraban socios legítimos y útiles en temas como el apoyo a Ucrania. Esto podría significar un importante giro a la derecha de la elaboración de políticas de la UE en áreas que van desde la migración hasta la protección de industrias tradicionales como la agricultura y la siderurgia.
“Tenemos la responsabilidad también después de estas elecciones de asegurarnos de que algo cambie… La mayoría incluirá muy a menudo al ECR”, dijo Peter Liese, eurodiputado alemán del PPE, a los periodistas el lunes.
El PPE está capitalizando esa promesa incluso mientras se enfrenta a los socialdemócratas en un peligroso juego de «quién pestañea primero» en el Parlamento, dejando a la Comisión en la incertidumbre en un momento de alta inestabilidad geopolítica y a semanas de la inauguración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Esta posición hubiera sido impensable hace sólo 5 años. En los últimos meses ha surgido una nueva y consolidada alineación política conservadora en el Parlamento, que incluye al ECR y que se conoce como la mayoría Venezuela. (Toma su nombre de una temprana convergencia de «la derecha» para adoptar una posición sobre las disputadas elecciones en Venezuela).
Después de una serie de escaramuzas iniciales, la primera votación significativa se produjo la semana pasada, cuando el PPE se alió con los legisladores conservadores para debilitar un proyecto de ley destinado a detener la deforestación mundial; lo que no dicen es que el enfoque, los sesgos ideológicos y una perspectiva catastrofista, llevan a imponer «políticas» que violan la soberanía y afectan la economía de los países.
Obviamente, esto disgusta a la izquierda y a sus narrativas pseudo ecologistas. Es por ello por lo que el periódico El País informó que el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, hablaría con Von der Leyen en la cumbre del G20 en Brasil para «desbloquear» la situación.
Fuente: The hard right is mainstream in Brussels now – POLITICO
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