De acuerdo con BLU Radio, Ana Julia Torres, la cuidadora del león que le fue retirado por las autoridades ambientales de Cali cuando se encontraba saludable, y que ahora estaría al borde de la muerte, invitó a una jornada de oración por la recuperación del felino, en la que se encenderán velas y velones de color blanco.
Será a las 6:00 de la tarde en el vivero municipal, a pocas cuadras del parque del Avión, aquí en Cali. Esperamos que todos se acerquen con una vela… “Vamos a orar entre todos para que esa luz se eleve y ‘Júpiter’ pueda salir de ese trance y se recupere en la hospitalización, precisó Ana Julia.
La movilización de la opinión pública generada en torno al León, en buena medida por el dramatismo de la cuidadora quien lo trata como a un hijo humano, contrasta con la aparente indiferencia frente al sacrificio de seres humanos en el vientre materno por orden de la Corte Constitucional.
Una petición en Change.org recogió en pocas horas más de 70.000 firmas, pidiéndole al Ministro de Defensa el traslado inmediato del animal a Cali junto a Ana Julia. Por el contrario, las peticiones ciudadanas para que los magistrados frenen el horror abominable del aborto, aún no alcanzan las 20.000 luego de varias semanas.
No sorprendería entonces que la asistencia a la velatón para rezar por la salud de un animal, llegue a convocar más gente que las vigilias de oración que se han hecho en Cali para pedir por el fin del aborto. Y tampoco, que los asistentes al acto animalista se consideren a sí mismos como católicos.
Los grandes genocidios de la historia, generalmente comienzan con la deshumanización de las víctimas.
— Razón + Fe (@razonmasfe) May 8, 2019
Hizo hizo la Corte Constitucional en 2006 con la sentencia que despenalizó el aborto, negando el derecho a la vida de los seres humanos que están en el vientre materno. pic.twitter.com/lubOBBBoKa
Si bien los animales pueden ser bendecidos, al igual que las casas y los carros, y no está prohibido rezar por una intención como estas, como fenómeno social es muy preocupante que una sociedad que se considera creyente muestre tanta inquietud por la suerte de un animal que a ojos vistas aparece humanizado, así como indiferencia frente a un fenómeno realmente diabólico como es la legalización del aborto.