Fe

La carta ‘secreta’ de Benedicto XVI a un Cardenal “Católico, por tanto culpable”

Cardenal George Pell invitado de Porta a Porta en Rai 1 foto Ansa

«En el banquillo no solo estaba Pell: estaba la Iglesia, lo que queda de una gran idea de civilización».

Ofrecemos la traducción del artículo que narra los detalles de la carta ‘secreta’ que Benedicto XVI le envió a un Cardenal mientras éste se hallaba en prisión falsamente acusado de “abuso”, cargo del que fue absuelto al demostrarse su inocencia, y por el cual permaneció 404 días detenido.

Se trata del Cardenal australiano George Pell, cuyo único “delito real” consistió –en palabras del mismo Papa Benedicto XVI– en haber «ayudado a la Iglesia católica en Australia a salir de un liberalismo destructivo, guiándola nuevamente hacia la profundidad y la belleza de la fe católica…».

El testimonio del cardenal ha sido recogido por Piero Vietti, y publicado por él este 5 de noviembre de 2021 en el diario Tempi, de Italia. La traducción del titular al Español es:

Católico, por tanto culpable. Pell: “Benedicto XVI me escribió que yo pagaría por esto”.

El artículo recoge las declaraciones dadas por el propio Cardenal Pell durante una entrevista televisiva efectuada con motivo de la presentación de su libro “Diario de una prisión”. Acompañado por reconocidas y distinguidas personalidades de los ámbitos jurídico, político, informativo y misionero, en ella cuenta los pormenores de lo vivido y de la “carta secreta” de apoyo que recibió, de la cual puede ya hoy confirmar:

“Ahora puedo ser infidente y confiarte la indiscreción”, sonrió. “Esa carta era de Benedicto XVI”.

Cardenal George Pell
Cardenal George Pell Diario de Prision
Libro del Cardenal George Pell: Diario de Prisión.

404 días de prisión por un abuso nunca cometido. El cardenal australiano presenta su “Diario de prisión”. «La fe me ha salvado. Occidente está sumido en el caos, pero la verdad de la iglesia “funciona”».

A continuación ofrecemos la traducción del artículo.


Católico, por tanto culpable. Pell: “Benedicto XVI me escribió que yo pagaría por esto”.

Por Piero Vietti | 5 de noviembre de 2021 | Diario Tempi, de Italia.

En la página 149 de su libro Diario de una prisión, en el que relata los 404 días que pasó en prisión pese a ser inocente, escribe el cardenal George Pell:

«También ha llegado una misteriosa fotocopia de una carta del Vaticano, sin firma. Ella fue muy alentadora». Y agrega, citando el contenido y mezclándolo con su propio recuerdo y sentimientos, de forma casi idéntica a la de su autor: «en este momento difícil, todo el tiempo, me mantuve cerca de ella con mis oraciones y mi apoyo espiritual».

«El autor dice que lamenta mi condena, luego, para mi sorpresa, escribe:

“Usted ha ayudado a la Iglesia católica en Australia a salir de un liberalismo destructivo, guiándola nuevamente hacia la profundidad y la belleza de la fe católica… Me temo que ahora tendrá que ‘pagar’ también por su catolicidad inquebrantable, pero así estará muy cerca del Señor».

«Y concluyó con la promesa de “cercanía continua en la oración”».

Esto lo recoge en su libro, y puntualiza luego:

“Ahora puedo cometer la indiscreción”, sonrió.
“Esa carta era de Benedicto XVI”.

La culpa de Pell: ser un cardenal católico

Acompañado y confortado por la senadora Paola Binetti, promotora del evento, el cardenal George Pell habló sobre su libro en la Sala Nassirya del Senado, en Roma, junto a su editor italiano, David Cantagalli, el fiscal de la República de Avellino Domenico Airoma, y Don Antonello Iapicca, misionero itinerante en Japón.

Fue el propio Iapicca quien citó la carta “sin firmar” en la que Ratzinger identificaba la verdadera culpabilidad de Pell: no el abuso sexual, nunca cometido, contra menores en la década de 1970 por el que fue acusado y condenado y del que luego fue absuelto, sino su “catolicidad inquebrantable” con la que ayudó a la Iglesia australiana “a salir de un liberalismo destructivo”.   

“Un hombre valiente y honesto, dio un claro y sincero testimonio de fe al resistir la injusticia con una fuerza como la de los mártires”, dijo Cantagalli.

Pell “No fue tratado como presunto inocente, sino como presunto culpable”, dijo el fiscal Airoma. El cardenal australiano es “culpable no de haber cometido un hecho que no cometió, pero es culpable de lo que es y fue: un cardenal precisamente, una figura apical de la Iglesia católica, el representante de una moral, con el agravante de circunstancia de ser visto como un conservador”.

“Es su historia la que lo condena a los ojos del mundo”, dice el magistrado. «¿Cuál fue la función de este proceso? No para constatar un hecho y una responsabilidad, sino para sancionar una forma de ser y de pensar. Tenía una función moralizadora, de “reparación cultural” contra la Iglesia. Sus acusadores, sin embargo, no llegaron a un “acuerdo” con su espíritu de lucha y su fe».

«En el banquillo no solo estaba Pell: estaba la Iglesia, lo que queda de una gran idea de civilización.

En su libro, el cardenal escribe:

“Muchos aspiramos a una vida pacífica, algunos no la alcanzan, pero cada uno debe elegir qué lado tomar. No podemos evitar pelear”.

El peleó. Y ganó».

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