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Hace 19 años se volvió a renovar la imagen de la Virgen de Chiquinquirá

El prodigio se produjo exactamente el 26 de marzo de 1999, 413 años después del primer milagro. Este 9 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, se inició el Año Jubilar por el Centenario de su coronación como reina y patrona de Colombia, que se cumple en 2019, por el cual los fieles pueden ganar la indulgencia plenaria. Jóvenes e indígenas, en el foco de la programación religiosa y cultural. #ModoCentenario

“Lo primero que vi fue cómo se iluminó el niño que sostiene la Virgen en el brazo izquierdo, lleno de una blancura difícil de describir; el velo que cubre la cabeza de la Virgen y que baja hasta la altura del brazo, resplandecía tomando un color blanco claro, y el rostro de la Virgen se iluminó adquiriendo una claridad resplandeciente (…) A partir de aquel momento no pude contener las lágrimas y quedé casi sin poder pronunciar palabras”.

Así narró Fray Edelberto Zárate, de la Orden de los Predicadores (O.P.), lo ocurrido el 26 de marzo de 1999 a las 6:45 a.m. en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, último viernes de Cuaresma. Al menos 12 testigos más entonaron el Santo Rosario, absortos en el nuevo milagro que duró unos 20 minutos. Meses después la imagen fue llevada a Bogotá en una peregrinación por la paz para ser condecorada, el 9 de julio, por el Congreso de la República. ¿Nuestra Señora habría querido “retocarse” para su encuentro con los colombianos?

Un testigo, Fray Gerardo Bermúdez, le contó a sus 93 años a Razón+Fe lo que vio con sus propios ojos hace 19 años en la basílica del municipio boyacense: “a la imagen se le formó una especie de neblina, que iba bajando, y la imagen quedaba nítida, ¡limpiecita! y el Niño que la Virgen tiene en los brazos y los piecitos se veían perfectamente, mientras las dos imágenes que están a los lados no sufrieron esa renovación”, refiriéndose a San Antonio de Padua y a San Andrés.

Puedes dar clic en las imágenes para leer el testimonio completo de Fray Edelberto Zárate, O.P.

El religioso aseguró, además, que no era la primera vez que la imagen se renovaba por sí sola después del primer milagro de renovación, ocurrido el 26 de diciembre de 1586 delante de una española, una indígena y su pequeño hijo. En esto coincidió Fray Rafael Diago, director ejecutivo del Centenario de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá como reina y patrona de Colombia, señalando que la ciencia ha estudiado el lienzo para entender cómo es posible que esta pintura de más de cuatro siglos se conserve intacta, por ejemplo, con los exámenes de radiología que ordenó en 1986 el presidente Belisario Betancur poco antes de la visita del Papa Juan Pablo II.

Tomada de http://virgendechiquinquira.com

El altar de mármol donde se encuentra la imagen de la Virgen fue consagrado el 24 de diciembre de 1908 / Tomada de http://virgendechiquinquira.com

“¿Cómo negar entonces la mano y la obra de Dios en un milagro mismo como es la renovación? Si Dios renovó este cuadro, ¿qué puede hacer en nuestras vidas? Puede hacer muchísimas cosas”, afirmó Fray Rafael, como consta en “más de mil testimonios de personas tocadas por el Amor de Dios, y varias sanadas del cáncer”, gracias a la advocación mariana de Chiquinquirá.

Un año para renovarse desde el corazón

El lema de la celebración del Centenario de la coronación es, precisamente: “En el camino de la renovación, acompaña a Colombia, María”, la cual se inició oficialmente este 9 de julio con la apertura del Año Jubilar, a través de una Eucaristía solemne presidida por el Cardenal Rubén Salazar, nueve obispos y más de 100 sacerdotes que concelebraron.

“Será un año de gracia para un pueblo que necesita reconciliarse y reconstruir su tejido social, acompañado por el rostro renovado de su madre. Renovarse es, sobre todo, volver la mirada a Dios”, agregó Fray Rafael. De ahí que visitar durante este año -julio de 2018 a julio de 2019- la Basílica de Chiquinquirá les dará la gracia a los católicos de ganarse la indulgencia plenaria, junto con los requisitos de la confesión, la comunión y la oración por el Papa (si la persona llegara a fallecer de inmediato, iría directo al cielo, sin pasar por el purgatorio).

En la programación religiosa y cultural se destaca, además, el foco puesto en los jóvenes, como un público objetivo con una particular sed de Dios, así como en las comunidades indígenas, recordando que el cuadro renovado fue vehículo de evangelización y consuelo para los indígenas de aquella época colonial. En efecto, cerca de 500 comunidades étnicas irán en peregrinación en agosto próximo a Chiquinquirá.

Como escribía Fray Edelberto, después de haber presenciado el milagro de la renovación en 1999: “el corazón de la Virgen María está cada vez más lleno de dolor por la situación de tantos hogares destruidos por los asesinatos, por tantos abortos que se cometen diariamente, por el creciente desprecio a los niños y a las niñas, por tantas injusticias, por tantas familias que sufren una pobreza inhumana. Ella quiere que fortalezcamos nuestra fe en Jesús. Ella quiere que fijemos nuestra mirada en Jesús”.

*Imagen principal: tomada de http://virgendechiquinquira.com

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