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¿Es efectiva la respuesta de la Iglesia frente a los abusos sexuales?

Escrito por Redacción R+F

Recientemente aceprensa consultó al sacerdote, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Los Menores y experto en psicología, Hans Zollner, sobre las críticas que se ha hacen  la Iglesia por no hacer lo suficiente en cuanto a la investigación, sanción y prevención de los abusos sexuales contra los menores.

En la entrevista Zoller  explica que los tres frutos que se han dado del trabajo a la Comisión ha hecho hasta ahora son, unas guías para que cada diócesis y comunidad diseñe su plan de respuesta frente a este tipo de casos, acercamientos con las víctimaspara mejorar las formas de comunicación y denuncia frente las autoridades religiosas correspondientes, 250 talleres de concientización en 50 países y la propuesta de establecer un día anual para rezar por las víctimas del abuso.

Frente a las críticas de que la Santa Sede no les ha dado los recursos suficientes para el trabajo de esta Comisión, el sacerdote responde que aunque los recursos económicos y personales son limitados la Santa Sede ha aprobado todas las solicitudes presupuestales hechas hasta el momento.

Reconoce que algunas autoridades dentro de la Iglesia no han entendido suficientemente la urgencia del tema, sin embargo, no ha encontrado resistencia y se ha venido mejorando el trabajo coordinado de la Comisión con las demás autoridades de la Santa Sede.

Ante la crítica de que el secreto pontificio constituye un obstáculo para que haya mayor transparencia en la forma como la Santa Sede maneja el tema, Zoller explica que el secreto pontificio corresponde a lo que se considera normalmente como “el derecho al buen nombre” para todas las partes, tanto denunciantes como víctimas y sospechosos, ya que si no se cuida la necesaria confidencialidad podría ser muy dañino tanto para los unos como para los otros. Otra cosa es que en el pasado algunas autoridades hayan usado el secreto pontificio como un pretexto para encubrir abusos, y eso es lo que se procura cambiar.

Por otra parte,  señaló que el descenso registrado en las últimas décadas en el número de abusos denunciados, en especial en países como Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Alemania o Australia, donde el público está muy pendiente de este tema, demuestra la eficacia de la estrategia de prevención.

En relación con el debate sobre si las autoridades eclesiásticas deben remitir a las autoridades civiles todos los casos de presuntos abusos sexuales de menores de las que tenga conocimiento, está cerrado señaló la discusión que se presentó en Alemania donde un proyecto del Ministerio de Justicia sobre ese punto recibió grandes críticas por parte de los psicólogos y los representantes de las víctimas.

La razón es que de establecerse esta obligación para muchas víctimas sería difícil revelar sus historias después de tantos años (el promedio en estos casos está alrededor de los 20 años), si creen que en cuanto lo hagan la persona que conozca su caso estará obligada a llamar inmediatamente a la policía.

En ese sentido, Zollner explicó que hay que hacer una evaluación moral teniendo en cuenta que la obligación de informar a las autoridades debe tener en cuenta el criterio de que esa denuncia termine siendo beneficiosa para la víctima. Esto porque en algunos sitios donde hay algún nivel de corrupción en la justicia, involucrar a las autoridades correspondientes no siempre es la mejor opción para las víctimas. En todo caso hay que hacer un discernimiento porque esta cuestión tiene unos matices muy complejos.

Sobre las claves para que sea efectiva la prevención, el padre Zollner reconoce que aunque hace falta mucha investigación para entender científicamente cómo funcionan las estrategias de prevención en distintas culturas, para que sean aún más efectivas, señala dos factores muy importantes: primero, la selección y formación de los candidatos al sacerdocio, y segundo, el acompañamiento después de su ordenación, ya que la edad media del primer abuso en un sacerdote se encuentra alrededor de los 39 años, a diferencia de lo que sucede con profesores entrenadores deportivos o padres, entre quienes tiene lugar a edades más tempranas. En todo caso, enfatizó que debe dejarse claro que el celibato no es un factor de riesgo, sólo puede llegar a serlo cuando no está bien integrado a la vida sacerdotal.

La entrevista completa disponible en: Aceprensa

Imagen: Religión Confidencial

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