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El top 10 de logros pro vida en la última década en Colombia

Marcha unidos por la vida

La décima Marcha por la vida, realizada el 7 de mayo, reunió a niños, jóvenes y familias enteras. Foto tomada de www.facebook.com/UnidosPorLaVida.

Se cumplieron 10 años de la sentencia C-355 por la cual la Corte Constitucional despenalizó el aborto en Colombia en tres situaciones específicas (cuando la salud de la madre está en riesgo, embarazo por violación y malformación grave del feto), decisión que no dejó indiferentes a los colombianos que promueven y defienden la vida desde la fecundación hasta la muerte natural. Desde entonces han surgido iniciativas de la sociedad civil, algunas con apoyo de la Iglesia Católica e iglesias cristianas, para reivindicar el derecho a la vida de los niños por nacer. La esperanza sigue viva.   

  1. La movilización ciudadana: Marcha anual por la vida

Al tiempo que se conoció la noticia de la despenalización del aborto para “tres causales” en 2006, surgió una constelación de movimientos pro vida que originó la plataforma ciudadana “Unidos por la Vida”, la cual plantea que “proteger, promover y celebrar la vida es signo de una sociedad sana, progresista y con futuro”. Precisamente, una forma concreta de “celebrar” la vida y de llamar la atención a la opinión pública sobre la injusticia de la sentencia C-355 es la “Marcha por la vida”, que llegó a su décima edición el 7 de mayo de este año.

Según sus organizadores, este año contó con la participación de 160 mil personas en 50 ciudades y 24 departamentos del país, la cifra más alta de su historia. Pasando de 27 ciudades en 2015 a 50 en 2016, esta fiesta por el respeto de la vida humana en gestación, que convoca a los colombianos sin distingo de filiación religiosa o política, parece haber tomado un impulso definitivo.

  1. La apuesta por la solidaridad y el acompañamiento espiritual: “40 Días por la Vida” y los CAM

Colombia se unió en 2015, por primera vez, a la campaña de oración “40 días por la vida”, originada en Texas (Estados Unidos) cuando en 2004 varias personas comenzaron a rezar una hora diaria durante 40 días frente a un centro de Planned Parenthood (“casa matriz” de Profamilia), con el fin de que las mujeres desistieran de abortar, y así salvar las vidas de sus hijos. Hoy es un movimiento mundial de ciudadanos: católicos, protestantes e incluso no creyentes, el cual ha salvado la vida a por lo menos 11 mil 700 pequeños y les ha devuelto la esperanza a sus madres.

Hasta el momento, en nuestro país se han realizado dos campañas de vigilia permanente: una en Bogotá a finales de 2015 y la segunda durante la Cuaresma, que llegó a 10 ciudades. Según los promotores, al menos 29 vidas han sido salvadas gracias al contacto de la organización con sus madres. Ya se prepara la tercera campaña nacional, la cual se realizará del 28 de septiembre al 6 de noviembre de 2016 frente a los centros que practican abortos, sean legales o ilegales.

“40 Días por la Vida” sirvió, además, de puente con múltiples fundaciones y ONG que desde hace varios años ayudan materialmente a madres gestantes, algunas previenen el aborto mediante la formación y otras hacen sanación post-aborto. Solo la Red Provida Bogotá reúne a más de 50 organizaciones de este tipo. También se han consolidado los Centros de Apoyo a la Mujer (CAM), que acompañan a mujeres con embarazos difíciles; de 14 identificados en Colombia, en nueve se han atendido a más de 2 mil gestantes.

  1. El involucramiento de la Iglesia católica: Creación del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal

El 25 de marzo de 2012, cuando se celebraba el Día del Niño por nacer (establecido por San Juan Pablo II en 1995), inició labores el Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, una señal contundente de la importancia que la Iglesia católica le da a este asunto en nuestro país. Como lo expresó su directora, Danelia Cardona, psiquiatra, especialista en Bioética y experta en trauma post-aborto, el objetivo ha sido “empoderar a las diferentes ONG alrededor del país, para que se articule un verdadero movimiento pro vida, se sensibilice a los colombianos respecto al tema de la defensa de la vida y se hagan impactos en todos los sectores de la sociedad” (Gaudium Press, 11 de noviembre del 2012).

Este Departamento promueve la campaña “Fecundar Vida”, que en tres años ha brindado apoyo material (a través de los “kit cigüeña”) a más de 250 madres gestantes, ha formado a más de 200 laicos y ha impulsado redes y comités parroquiales pro vida alrededor de Bogotá.

  1. La movilización política: Colombia quiere la protección de toda vida humana, sin excepciones

La bancada de congresistas que promovió en 2011 – 2012 el Proyecto de Acto Legislativo por la Vida, radicado con el respaldo de más de 4 millones de firmas de ciudadanos, persistió, pese a que la iniciativa no avanzó en el Legislativo: en los dos años siguientes promovió -con nuevas adhesiones políticas- el Referendo por la Vida, con el liderazgo de la plataforma “Unidos por la Vida” en la recolección de cerca de 1 millón 800 mil rúbricas, para modificar el Artículo 11 de la Constitución Política a fin de que se prohibiera el aborto provocado. Finalmente, la Registraduría Nacional declaró nulas un poco más de la mitad de las firmas, pero esto permitió poner nuevamente en el centro del debate la injusticia que se comete a través del aborto con las personas más indefensas y sus propias madres.

Voto Católico Colombia, que ha concientizado sobre la participación política, el bien común y los principios éticos no negociables de la vida social. El fracaso de la Fundación Ford para impedir la reelección del Procurador a través de la campaña “Procura”, y que es la misma que financia a las organizaciones que quieren tumbar su reelección a través de las demandas presentadas ante el Consejo de Estado. Las nuevas generaciones: surgimiento de líderes en colegios y universidades, decididos a promover una cultura de la vida sin rebajas, dispuestos a organizarse políticamente y prepararse intelectualmente para liderar la generación de colombianos que pondrá fin al aborto en Colombia.

  1. Los éxitos de la participación ciudadana y la opinión pública pro vida: La ciudadanía frenó la Clínica de la Mujer en Medellín

En junio del 2009 el entonces Alcalde de Medellín, Alonso Salazar, anunció como proyecto bandera de su Administración la construcción de la “Clínica de la Mujer”, con una inversión de $17 mil millones, para ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva (como la llamada Interrupción Voluntaria del Embarazo o IVE -que es el aborto en los tres casos despenalizados-, la esterilización y la anticoncepción) y promover programas en contra de la violencia de género.

Lo que desde el principio llamó la atención a quienes luego rechazaron el proyecto es que la Clínica de la Mujer no atendería partos, cesáreas ni ofrecería cuidados durante el embarazo. De ahí que miles de ciudadanos se manifestaron a través de la plataforma www.estoesconmigo.org, exigiéndole al Alcalde que desistiera del proyecto por promover abiertamente una cultura de liberación sexual y muerte. La Red Antioquia Provida, la organización Red Futuro Colombia y la Iglesia Católica se opusieron firmemente a esta iniciativa, que terminó hundiéndose, tras no ser aprobada por el Consejo Territorial de Seguridad Social en Salud.

  1. La estrategia jurídica

En los 10 años de la despenalización del aborto en las “tres causales” conocidas han llovido demandas de ciudadanos contra diversas reglamentaciones posteriores a la sentencia C-355/06, por falta de fundamento jurídico o por extralimitación de funciones de los órganos que las expidieron. Entre las más emblemáticas está la que interpuso el abogado Luis Rueda contra el Decreto 4444 del 2006, por el cual el Minsalud le dio tratamiento al aborto de servicio de salud (equiparándolo a la Interrupción Voluntaria del Embarazo -IVE-), y dejó entre la espada y la pared a las clínicas y hospitales al no permitir que se opusieran a practicarlo por negar la objeción de conciencia institucional. Tras la suspensión de este decreto en el 2009, el Consejo de Estado lo anuló definitivamente el 13 de marzo del 2013.

Esta anulación no era, sin embargo, suficiente, pues la Superintendencia de Salud había expedido dos circulares (058 de 2009 y 03 de 2011) con base en ese Decreto -estando suspendido-, que prácticamente imponía la práctica de la “IVE” dentro de las instituciones de salud, cuando la sentencia del 2006 solo despenalizó la práctica del aborto en tres casos, y nunca ordenó que se incluyera dentro del Plan Obligatorio de Salud (lo que implica su financiación con recursos públicos y de los contribuyentes). Ambas circulares fueron anuladas el 23 de mayo del 2013, gracias a la demanda que interpuso el Hospital Universitario San Ignacio (de Bogotá). La jugada de la Supersalud fue que expidió otra circular ese mismo año (03 de 2013), retomando la “sustancia” de las circulares anuladas; el Hospital nuevamente demandó, pero todavía no hay decisión de fondo del Consejo de Estado. A esta batalla jurídica hay que sumar la demanda de otro particular contra el Acuerdo 08 de 2009, también sin resolverse, por el cual la desaparecida Comisión de Regulación en Salud (CRES) incluía el aborto y los procedimientos quirúrgicos para practicarlo (aspiración al vacío y legrado) dentro del POS.

Otro capítulo de esta lucha jurídica merece el Misoprostol, un medicamento usado tradicionalmente para el tratamiento de úlceras gástricas y en la atención de partos por su efecto oxitócico (aumenta las contracciones), y que desde el Decreto 4444 y el respectivo reglamento se sugirió como un abortivo combinándolo con Mifepristona. Pese a que el Invima le había confirmado al Minsalud que el Misoprostol sí podía ser usado en madres gestantes, pero solo como oxitócico para dar a luz, en la actualización del POS la CRES lo incluyó dentro de los medicamentos que debía garantizar el plan de beneficios de cualquier EPS. Fue entonces cuando se pronunció la Procuraduría, recordando que el Decreto 4444 no estaba vigente y que el Misoprostol no era tan seguro como lo quería hacer ver el lobby abortista (luego le interpusieron una tutela al Procurador Alejandro Ordóñez, por la que tuvo que “rectificar”). La puja continuó en el 2015, cuando el Consejo de Estado falló una acción popular y restringió la venta del Misoprostol, ordenándole al Invima que lo declarara dentro de la franja violeta, medida que no duró más de un año. Este medicamento sigue en el centro del debate, pues ha sido la puerta de entrada en otros países de la despenalización total del aborto.

  1. La revelación del daño que el aborto causa a la mujer: La conversión de Amada Rosa

Amada Rosa Pérez pasó de las pasarelas europeas y las telenovelas colombianas (fue protagonista de “La costeña y el cachaco”) a los encuentros cara a cara con mujeres que, en medio de su angustia por un embarazo inesperado, necesitaban de sus palabras de esperanza. Ella sí sabe qué es el trauma post-aborto: “yo no solo sentí vacío emocional. Con el tiempo apareció la culpa, sumada a unas constantes crisis de depresión, aflicción y angustia. También sufrí variaciones fuertes en mis estados de ánimo, pesadillas con bebés, llanto repentino y agresividad. Mi autoestima cayó al piso” (en entrevista con la revista Jet Set).

Tras su conversión a la fe católica y su proceso de sanación interior por haber abortado cuando se sentía sola y sin el apoyo de su pareja, la exmodelo y exactriz es ahora una líder pro vida que no duda en promover y defender la vida desde la concepción. En efecto, en una segunda oportunidad que Dios le dio, contrajo matrimonio y dio a luz en abril pasado.

  1. El pinchazo de la burbuja mediática

La participación en debates con voceros preparados, el cubrimiento de las marchas en medios regionales y algunas incursiones en medios nacionales -aunque todavía prima el sesgo pro abortista-.

El documental “¿Vida o muerte?”, presentado en junio del 2013, que ha llegado al menos a 15 mil televidentes de varios países latinoamericanos, según su creador, Frank Zapata. Este periodista colombiano hizo una correría durante dos años por ocho países, entrevistando a reconocidos científicos sobre el comienzo de la vida humana, a líderes religiosos, políticos y voceros de organizaciones a favor y en contra del aborto, a personajes de la farándula, entre otros; el resultado: un documental cuya ilación de testimonios y argumentos permite concluir que el aborto es sinónimo de muerte. “Hemos llegado a congresistas, médicos, a personas que antes tenían una férrea posición a favor del aborto, y después de ver el documental cambiaron de punto de vista”, aseguró Zapata.

  1. Desenmascaramiento de la Corte Constitucional: las intervenciones del Procurador General de la Nación

Al poco tiempo de llegar a su cargo, el Procurador Alejandro Ordóñez dio por terminado el Convenio de Cooperación con Women´s Link Worlwide, a través del cual Edgardo Maya Villazón le había posibilitado a esta organización internacional influir en las decisiones de la entidad para presionar la aplicación de la sentencia C-355/06 acorde a sus intereses. El Procurador ha destapado serias irregularidades en expedientes utilizados por la Corte Constitucional para avanzar en la agenda abortista, como el célebre caso de infanticidio en Santa Marta, en el cual la Procuraduría demostró que el bebé fue asesinado después de haber nacido vivo; el caso de Villavicencio, en el que la Procuraduría demostró que la médica nunca había ordenado el aborto por no encontrarlo justificado, o el caso de Manizales, en el cual la Corte Constitucional revocó una sanción contra un médico que había objetado en conciencia la realización de un aborto eugenésico.

La Corte Constitucional -y detrás el movimiento abortista- tuvo que impedirle a la Procuraduría el acceso a los expedientes judiciales (una vez más, contradiciendo explícitamente la Constitución), prohibiéndole además pronunciarse sobre los efectos abortivos de la píldora del día siguiente -el sonado caso por el cual la alta corte le ordenó al Procurador “rectificar” sus declaraciones-. Jurídicamente, el Procurador ha dejado claro que la Constitución Política de la Corte Constitucional dejó de ser la que aprobaron los colombianos en 1991.

  1. Se destapa el fraude a la sentencia que despenalizó el aborto: “Cuatro Caminos” demostró que en Colombia el Estado promueve el aborto sin límites

“Aborto express” se llamó el capítulo del programa de RCN Televisión “Cuatro Caminos” que se centró en denunciar cómo en IPS públicas de Bogotá el “servicio” de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) se ofrece sin verificar, ni siquiera, que se ha constituido alguna de las tres causales en las que está despenalizado el aborto. Como se pudo observar en el programa, transmitido el 17 de abril del 2016, las funcionarias del centro asistencial estaban más interesadas en asegurar un “procedimiento” más, que en escuchar cuidadosamente a la mujer que acudía al sitio. Se demostró que se están filtrando numerosos abortos a través de la causal de la salud de la mujer, bajo las excusas de la depresión y la ansiedad, cuando se trata de embarazos inesperados. Este capítulo permitió sentar un precedente sobre el fraude a la sentencia C-355/06, en momentos en que el saliente Fiscal Eduardo Montealegre acababa de radicar un proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta los seis meses de gestación.

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  • Buenas tardes mi nombre es Magda Sáchica vivo en Fusagasugá, soy Católica y tengo un testimonio de vida, tengo un vídeo que grabé con mi bebé, ya que estuvimos en riesgo de muerte y Gracias a Dios y a su infinita Misericordia estamos ambos vivos después de pasar muchas complicaciones de salud.
    Me gustaría compartirlo con ustedes.