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El paraíso infernal de Suecia

Escrito por Redacción R+F

La idea que nuestra sociedad tiene de los países nórdicos, suele ser la de un ejemplo digno de ser imitado, una especie de modelo social que sirve constantemente como referencia en materia de derechos sociales, eficiencia del Estado y tendencias culturales, al que podríamos aspirar si lográramos desprendernos de nuestra visión religiosa y nuestras ideas retrógradas.

Por eso se quejaba el senador Benedetti luego de la derrota de su proyecto para eliminar la complementariedad sexual del matrimonio, diciendo que el quisiera ser senador en Suecia y no en Colombia.

Efectivamente, muchas de las ideas que dominan el pensamiento “progresista” vienen de ese país, en el que en 1972 se implementó un programa denominado “La familia del futuro: una política socialista para la familia”, el cual estaba fundado en el ideal de la independencia.

Como explica el profesor Mario Silar del Acton Institute: “El programa buscaba independizar al individuo de los lazos familiares. En efecto, el programa establecía la independencia o autonomía como un derecho humano fundamental: el individuo es un ser autónomo y puede, si así lo quiere, tener una familia pero puede liberarse de “las cargas familiares”, que generan dependencia. De este modo, el individuo sueco tendría la “libertad” para definirse solo por las relaciones reales que quisiera establecer mientras que el estado tutelaría y se haría cargo de las otras relaciones que el individuo considerase “gravosas”.

El ideal de las familias democráticas

Con el argumento de lograr unas relaciones más “auténticas”, el Estado se propuso eliminar todo vínculo de dependencia económica al interior de las familias (la mujer del marido, los ancianos de sus hijos, los hijos de sus padres), asumiendo directamente esa carga a través del sistema de seguridad social. Precisamente aquello que en Colombia académicos suelen denominar como “familias democráticas”.

Sobre los resultados de ese experimento, el director de cine italo-sueco Erik Gandini realizó un crítico documental titulado “La teoría sueca del amor”, a través del cual denuncia el hundimiento de la sociedad sueca en un abismo deshumanizante de la soledad.

En palabras del director: “El principio es muy simple: cada individuo debe sentirse como un ente autónomo y no como un apéndice de su cuidador. Y para lograrlo hace falta crear las condiciones económicas y sociales. Y a partir de ahora solo las relaciones auténticas nos mantendrían unidos”.

“¿Cómo puede alguien morir, y quedar abandonado dos años en su apartamento?”

Los resultados que presenta el documental están lejos de ser idílicos: hoy uno de cada dos suecos vive solo (es la tasa más elevada del mundo), el 40% dice sentirse y peor aún, uno de cada cuatro suecos muere en soledad.

La película recoge testimonios que cuentan como muchos cadáveres no son reclamados, son personas que mueren solas en su domicilio y pasa largo tiempo hasta que ser descubiertas (hasta dos años) y en ser identificadas.

Por eso en Suecia se han organizado grupos de voluntarios que buscan cadáveres los fines de semana, y se ha creado una agencia estatal encargada de buscar a los familiares de los muertos.

Una de sus funcionarias entrevistada, narraba en relación con uno de los muertos encontrados en soledad: “Se pasaría el día solo ante el ordenador, ordenando transferencias entre sus propias cuentas. Me pregunto cómo es que somos tan infelices si nadamos en la abundancia. No tienes a nadie que te abrace mientras lloras, solo un formulario que rellenar…La soledad está en alza. El ansia de independencia nos ha deslumbrado”.

La sana interdependencia

Lo que los suecos perdieron de vista, es precisamente eso que a los progresistas tanto les estorba: la naturaleza humana. El pensamiento cristiano clásico ha procurado enseñar que la amistad es una virtud intensiva, la cual es indispensable para tener una vida auténticamente humana.

Como han apuntado muchos filósofos, desde Cicerón hasta Francisco de Vitoria, así alguien lograra coronar las cumbres de la contemplación y la sabiduría, no sería verdaderamente feliz si no tuviera un amigo.

Esta producción ilustra perfectamente las advertencias de la Doctrina Social de la Iglesia, frente a la amenaza constante que un Estado de Bienestar demasiado grande representa para el principio de Subsidiariedad, que entre otras cosas, logra proteger la auténtica solidaridad social, indispensable para una vida plenamente humana, libre y feliz.

Al respecto, el entonces Card. Ratzinger explicaba en su magistral libro “La libertad y la verdad”, como el ser humano es un ser que se realiza no a través de lograr una autonomía radical, sino a través de su relación con otros (ser-de, ser-para y ser-con), único ámbito desde el que se puede ser verdaderamente libre y responsable.

Zygmunt Bauman

Por otro lado, el recientemente fallecido filósofo polaco, Zygmunt Bauman afirma en el documental: “Los suecos han perdido las habilidades de la socialización. Al final de la independencia no está la felicidad, está el vacío de la vida, la insignificancia de la vida y un aburrimiento absolutamente inimaginable”.

Reflexiónque complementa otro de los testimonios de la película, cuando afirma (para desmayo de cualquier político colombiano): “Que el estado de bienestar se esté haciendo cargo de nosotros, ¡ese es el problema! Deberíamos estar cuidándonos entre nosotros”.

El individualismo socialista

Más allá de las típicas críticas de la izquierda al sistema capitalista por su promoción del “individualismo”, este documental demuestra que el socialismo de corte marxista también termina impulsando esa actitud antisocial.

Con todas las críticas que se puedan señalar al pensamiento de Ludwig von Mises, es justo reconocerle su visión profética sobre los peligros que el socialismo y el Estado de Bienestar representa para la familia. En su libro “Socialismo” (1920), von Mises advirtió:

“Las propuestas para transformar las relaciones entre los sexos han ido, desde hace tiempo, de la mano con los proyectos dirigidos a socializar los medios de producción…El Matrimonio debe desaparecer junto con la propiedad privada…el Socialismo no solo promete bienestar material para todos, sino también un amor y una felicidad universales…La familia desaparece y la sociedad es conformada simplemente por sujetos individuales”.

Fuentes: Acton Institute, El Periódico de Cataluña.

Este es un corto sobre el documental:

Tráiler “La teoría sueca del amor” (dir. Erik Gandini) from AMBULANTE on Vimeo.

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