¿Cómo se manejaba una pandemia hace 100 años? Prácticamente igual, con dos excepciones: no había confinamiento, y los clérigos (obispos y sacerdotes, incluido el Papa) estaban obligados a arriesgar la vida si era necesario para atender espiritualmente a los enfermos y moribundos (ver fotografía abajo). Jamás se suspendió la Misa ni se dejaron de impartir los Sacramentos. Los documentos de la época lo comprueban.
En españa, Provincia de Burgos, 1918
Con motivo de la llamada “Gripe” o “Fiebre Española”, en el año 1918, que se cobró la vida de millones de personas en distintas partes del mundo, en particular en la Península Ibérica y algunos países de influencia hispana, los protocolos médicos seguidos entonces son prácticamente los mismos que se exigen al día de hoy.
En México, Ciudad de Puebla, 1918
Pautas de Higiene Obligatorias
La efectividad de la higiene de manos o del lavado de manos, descubierta por el doctor húngaro Ignaz Semmelweis, quien en 1846 implantó un sistema de lavado de manos en el Hospital General de Viena para prevenir la infección cruzada, estaba ya probada, vigente y no sólo era obligatoria entre el personal médico y sanitario, sino recomendada para todas las personas como uno de los medios más eficaces de prevención del contagio.
¿Y en la Iglesia? Obligación de los Clérigos de administrar los Sacramentos, aún con peligro de la vida, incluido el Papa:
Trabajo y Seguridad normales
Como hemos podido leer en los facsímiles de los documentos adjuntos, la vida transcurría “normalmente”, y los principales consejos eran: “evitar los lugares concurridos” o “con alta concentración de personas”, seguir las normas de higiene de manos y cuerpo (incluyendo el uso de tapabocas), y mantener ventiladas las casas y habitaciones.