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La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024 en París, celebrada el pasado viernes, dejó atónitos y repudiados a muchos espectadores por la presencia de drag queens pavoneándose por las calles, insinuaciones sexuales entre personas del mismo sexo y una parodia del Último Cenar con una clara orientación de género queer.
Incluso hubo una «mujer» barbuda gateando en cuatro patas con un provocativo bustier azul.
¿Quién fue el responsable de semejante atrocidad artística? Se trata de Thomas Jolly, un director de teatro y ópera poco conocido fuera de Francia antes de que la transmisión del viernes -vista por más de mil millones de personas en todo el mundo- lo convirtiera en una curiosidad global.
En entrevistas previas a la emisión del viernes, el abiertamente gay Thomas Jolly no dio indicios de que convertiría la Ceremonia de Apertura en un desfile del Orgullo Gay. Pero sí enfatizó la importancia de la inclusión y la representación:
«¿Cómo se escribe un espectáculo en el que todos, en algún momento, se sientan representados y parte de algo más grande, de este ‘nosotros’ más amplio? (…) «Es ambicioso, pero también complejo, porque uno tiene que ampliar las propias imágenes, la propia perspectiva e incluir a todos, comprender a todos para que nadie se sienta excluido».
En un evento supuestamente familiar, los organizadores olímpicos no advirtieron sobre la gran cantidad de drag queens y artistas de género no conforme que se exhibirían, ni mencionaron las extrañamente lascivas insinuaciones sexuales del evento, con artistas participando en actos simulados de lujuria.
Ciertamente no dieron ninguna pista sobre la parodia de La Última Cena, que provocó una rápida reacción negativa entre los cristianos, muchos de los cuales señalaron que Jolly no se habría atrevido a burlarse del Islam de la misma manera.
En la puesta en escena, Jesucristo es interpretado por una mujer obesa con un vestido de escote pronunciado. Los discípulos son interpretados principalmente por drag queens con pelucas de colores brillantes.
¿La «Última Cena» de Davinci o la Fiesta de los dioses»?
Los aliados del movimiento LGTB han tratado de desviar la atención y asumido una posición negacionista ante la blasfemia.
El N.Y. Times, por ejemplo, cita «expertos historiadores de arte» que comparan la escena con una pintura de los dioses del Olimpo llamada «La fiesta de los dioses», pintada por el artista holandés Jan van Bijlert en el siglo XVII.
El cuadro muestra dioses apiñados alrededor de una larga mesa. En el centro está Apolo, el dios del sol, con un halo de luz alrededor de su cabeza.
Incluso, el Musée Magnin en Dijon, Francia, que tiene la pintura en su colección, publicó imágenes de la misma en X el domingo con la leyenda “¿Este cuadro te recuerda algo?”.
Sin embargo, la estrategia fue rápidamente desvirtuada por varios medios de comunicación, citando las declaraciones del responsable de la puesta en escena, Thomas Jolly.
La periodista del Washington Times publicó una comunicación oficial del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, en la que reconocen que Jolly deliberadamente tomó la «Última Cena» de Davinci como inspiración:
Thomas Jolly, director de la ceremonia de apertura, “se inspiró en el famoso cuadro de Leonardo Da Vinci para crear el escenario. No es el primer artista que hace referencia a una obra de arte de fama mundial. Desde Andy Warhol hasta los Simpson, muchos lo han hecho antes que él”. dijo el equipo de comunicaciones de Paris 2024.
Jolly, de 42 años, ha sido aclamado como el niño maravilla del teatro francés, infusionando a los clásicos con provocaciones posmodernas y de vanguardia. Ha dirigido para algunas de las instituciones más prestigiosas de Francia, incluida la Ópera de París y el Festival de Avignon.
Su gusto por lo extravagante claramente inspiró sus elecciones para los Juegos Olímpicos.
El espectáculo del viernes incluyó lo que parecía ser un intérprete masculino con uno de sus testículos colgando visiblemente fuera de su ropa interior femenina.
La escena ha sido señalada de pedófila y satánica, por sugerir el sacrificio del único niño en la escena:
También hubo una actriz que interpretaba a una María Antonieta decapitada, con su cabeza cercenada cantando el himno revolucionario francés «Ça ira».
Más rituales de lo que se conoce como ceremonia de apertura olímpica. Una cabeza decapitada (María Antonieta) cantando.
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