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Atentado en Colombia: ¿solo el ELN… o también las “disidentes” Farc? Lo que hay detrás

Escrito por Redacción R+F

El atentado terrorista en el corazón de la Policía Nacional que cobró la vida de 21 personas y dejó heridas a 68 evidencia la comunión de objetivos y la “unidad de acción” de la vieja amenaza comunista, encarnada hoy en el brazo armado del ELN y los grupos derivados de las Farc, llamados por este “disidencias”. Aunque el presidente Duque ya parece dar muestras de “mano dura”, no es suficiente tras dos años de “golpe de Estado” por cuenta de los acuerdos de La Habana. ¿Qué podemos hacer los creyentes además de orar intensamente?

Las noticias se han desenvuelto como una bola de nieve, sin que los ciudadanos puedan digerir con calma lo que está pasando: una camioneta bomba explota en la escuela de los futuros policías, el autor material -fallecido en el acto- resulta ser un integrante del ELN, el presidente Duque les pone punto final a los diálogos con esta guerrilla y reactiva las órdenes de captura a 10 de sus cabezas, líderes religiosos y políticos mundiales como el Papa Francisco y Jair Bolsonaro se pronuncian, colombianos marchan otra vez contra el terrorismo… y el ELN admite finalmente su responsabilidad.

El acto terrorista el 17 de enero en la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander no solo les arrebató la vida a 20 jóvenes -algunos becados y atletas de alto rendimiento- y marcó a sus familias para siempre, sino que también pisoteó la libertad y el orden, al mismo Dios y la Patria que son enaltecidos en los escudos de nuestra nación e institución. El país de la añorada “paz estable y duradera” está de luto. Razones suficientes para llorar en la Tierra como en el Cielo.

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¿Por qué acudir al terror como estrategia?

El Estado colombiano tiene una vieja amenaza que busca con terrorismo y crimen lo que a través de la razón no han alcanzado en la sociedad.

El fenómeno de las guerrillas comunistas está estructurado bajo la estrategia de “guerra popular prolongada”, surgida en la China comunista de Mao Zedong (1930 y 1940) y adaptada por los grupos guerrilleros colombianos, con la evolución que el tiempo y las nuevas formas delincuenciales como el narcotráfico le han aportado a su quehacer criminal.

De ahí que mientras hay un partido de la “Farc” (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) funcionando en el Congreso -producto de los acuerdos de La Habana-, siguen delinquiendo grupos derivados de tal estructura, bautizados por ellos mismos como “disidencias” de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo). Expertos explican, incluso, que se trata de una engañosa dualidad, pues siguen siendo lo mismo.

En el caso puntual de los atentados con carros bomba, de los cuales hay suficientes antecedentes en nuestro país, analistas de seguridad nacional e inteligencia militar consultados por Razón+Fe indicaron que la estrategia consiste en generar miedo (con las muertes y el caos en las instituciones del Estado) como herramienta para alcanzar ciertos objetivos, en este caso, presionar y “golpear” al Ejecutivo y a la sociedad civil para que se pierda la voluntad de lucha contra la subversión.

Así, parte de la opinión pública – más bien, la opinión publicada o ¿manipulada? – termina pidiendo el “salvavidas” de una “paz” conciliada y dialogada, que en un escenario de guerra política busca voltear/forzar la balanza hacia un lado u otro del espectro (en este caso, hacia la izquierda). Lo cual no resulta descabellado, pues si el ELN buscaba -hipotéticamente- fortalecerse en la mesa de diálogos, midiendo sus fuerzas ante la seguridad estatal y viendo en esta debilidad, cometer este tipo de atentados le habría podido obtener el “fruto” de una mejor posición para negociar sus intereses políticos.

En otras palabras: entre un grupo terrorista le pegue más duro al Estado, este se doblegaría más. Por eso, tras la reactivación de las órdenes de captura de los 10 negociadores del ELN que están en Cuba, hubo reacciones como que el mandatario por fin “se apretó los pantalones”.

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La “unidad de acción” del ELN con las Farc

Foto: www.laopinion.com.co / Colprensa

El autor material del atentado, José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años, oriundo de Puerto Boyacá y sin su mano derecha, fue la ficha clave que condujo al ELN y cuyos jefes serán imputados por la Fiscalía como determinadores del atentado. El Ministro de Defensa, Guillermo Botero, señaló este viernes su vínculo con el comando central de esa guerrilla, llegando capacitar a varios grupos en Venezuela y siendo, incluso, persona de confianza de alias “Grannobles”, de las Farc. Aseguró que “el Mocho” buscó ser reconocido en este último grupo guerrillero para recibir beneficios judiciales -como desmovilizado-, pero que no fue aceptado.

El periodista Herbin Hoyos, creador del programa radial “Las voces del secuestro” (que se transmitía por Caracol Radio) y presidente de la Federación Colombiana de Víctimas, había publicado el mismo día del atentado los vínculos del terrorista – ¿suicida? – con el ELN y las Farc, chiviando al propio Gobierno.

Llama la atención cómo el Ministro de Defensa enfatizó en la rueda de prensa, una y otra vez, que “el Mocho”, al no ser reconocido en las listas de las Farc, no había hecho parte del accionar de este grupo guerrillero, como queriendo anticiparse a una posible coautoría de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el atentado para blindar los acuerdos de La Habana de 2016.

En diálogo con Razón + Fe Hoyos insiste, sin embargo, en que el fallecido terrorista sí estuvo en los frentes 10 y 45 de las Farc: “si bien no pudo hacerse reconocer como miembro activo, no significa que no haya estado cometiendo delitos y trabajando con ellos. Hizo parte del esquema, del anillo de seguridad como explosivista de ‘Grannobles’. Actuó en los dos grupos. Cabe señalar que en Arauca, después de la guerra que tuvo las Farc con el ELN por la muerte de un comandante, ellos hicieron las paces y en muchas zonas trabajan de manera articulada, prestándose apoyo con especialistas como los explosivistas”.

En esto último coincide el coronel Jaime Ariza, de la Reserva Activa del Ejército Nacional (retirado) y docente universitario, al afirmar que “el brazo armado de las Farc” no desmovilizado y el ELN estarían operando bajo la llamada “unidad de acción”, la cual surgió en 2012 cuando el Coce -comando central del ELN- y el Secretariado -de las Farc- hicieron las paces tras sus confrontaciones directas en Arauca y otras partes del país. “Esto ocurrió puntualmente cuando ‘Timochenko’ asumió como máximo comandante de las Farc, y así estas últimas hayan firmado un ‘pacto de paz’, el ELN sigue en su estrategia delictiva armada, ahora para urbanizar la guerra”.

Mindefensa aseguró que esto se relacionaba con las marchas estudiantiles, y no con el atentado… Twitter suspendió esta y otras cuentas del grupo armado, incluyendo @ELN_Paz

El portal de La Silla Vacía, en su artículo “El ELN se pegó un tiro en el pie”, explica claramente que alias “Mocho” –diferente al “Mocho” abatido en 2016– fue cabecilla de una estructura del Frente de Guerra Oriental que opera en Arauca, Boyacá y Casanare, “el más fuerte militar y económicamente de esa guerrilla”.

El mismo portal publicaba en diciembre de 2018 otro artículo, “El ELN y las disidencias están coordinadas”, en el cual se habla de una reunión que hubo en octubre entre altos mandos de ambos lados en Venezuela -y en el que probablemente habría algún representante del Frente al que pertenecía el terrorista de la camioneta bomba-. “Estos encuentros se hacen para tomar decisiones ahí mismo. Por eso no mandan a cualquier raso”, dijo a La Silla una fuente en terreno que lleva años en la región. Aunque no se podría sostener que en esa reunión se sabría del atentado que se cometería meses después en Bogotá, las autoridades ya están investigando a alias “Pablito”, comandante del Frente de Guerra Oriental, como presunto autor intelectual.

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¿Un halón armado más hacia la izquierda?

En su editorial “Por qué la ‘izquierda’ colombiana y latinoamericana es responsable del carro bomba en Bogotá y sus 21 muertos”, el portal El Nodo afirma que esta “ha justificado el relato homicida de la subversión terrorista, normalizando o balbuceando subterfugios justificatorios para dar estatus de impunidad al terrorismo, convirtiendo a criminales de lesa humanidad en cabecillas políticas de las democracias de la región, empatizando con la población joven para adentrarla en sus propias frustraciones psicopática y criminales, y convirtiéndose en enemigos declarados de la empresa, el líder demócrata y las fuerzas armadas”.

Esto explica que, aunque todas las orillas de la política en Colombia rechacen el acto terrorista, es aquella que comparte sus objetivos políticos con las guerrillas la que exija la “negociación política”. Ya sea por pescar en río revuelto o por aprovechar una presión armada y terrorista favorable a objetivos de izquierda.

Mucho del pacto Farc – Santos de La Habana ha sido promovido sin éxito por la izquierda en Colombia, rechazado en el plebiscito “por la paz”, pero impuesto por la amenaza de las armas y la voluntad del anterior Gobierno. Hoy el ELN representa otra oportunidad de dar un halón armado más del país hacia la izquierda, pero para ello es indispensable la “negociación política”.

Los maestros de lo políticamente correcto saben que legitimar el terrorismo sería un suicidio político, pero luego de rechazar el acto -a renglón seguido- capitalizan el genuino clamor ciudadano de “no más muertes” y lo convierten en una razón más para rendir el Estado de Derecho a los objetivos de la guerrilla criminal.

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Políticamente correcto como el presidente del partido de la(s) Farc, alias “Timochenko”, quien le ha respondido este sábado al presidente Duque: “si seguimos por la senda que hoy traza, estaremos destinados a Estado fallido. Podrá criticarse cuanto quiera, pero tras la firma de los Acuerdos de La Habana tenemos un país mucho mejor”. El mismo que en un encuentro con sus copartidarios en Tolima y representantes del Partido Comunista decía: “no somos una fuerza de conciliación, sino de lucha”.

Ahora bien, para el analista político Jorge Luis Yarce tampoco resultan suficientes las últimas medidas anunciadas por el mandatario de Colombia que le pusieron punto final a los diálogos con el ELN. “Hay que establecer un verdadero plan integral de presencia territorial para la recuperación de la gobernabilidad, es decir, que el Estado garantice que el Ejército, la Policía y todas sus instituciones estén en todas las regiones del país, especialmente en aquellas donde hay mayor presencia de los grupos insurgentes, que no solo son el ELN”.

Para el analista Yarce, los acuerdos de La Habana son -hoy- “un sapo que irremediablemente nos toca tragarnos”.

Al comprender mejor la estrategia, los móviles y el impacto político del atentado que marcó con sangre el inicio de este año en Colombia, será posible asumir una posición más responsable como ciudadanos en la casa, el estudio, el trabajo, la iglesia, con los amigos y hasta en las marchas. Este domingo la calle fue nuevamente el escenario del desagravio, el dolor, el homenaje y un “no” rotundo al terrorismo, el cual parte de un “sí” contundente y abierto a la verdad, la justicia, la prudencia, la fortaleza y la templanza.

Qué podemos hacer como católicos:

*Oremos: además de acoger la invitación de nuestros obispos, empezando por el Papa Francisco, de orar para que Dios nos conceda el don de la -verdadera- paz, también puedes orar por ellos para que en Colombia sean ejemplo de prudencia y justicia en el papel que históricamente la Iglesia ha asumido como “mediadora” en las negociaciones del Gobierno con los grupos insurgentes.

También puedes unirte a esta campaña que va dirigida a los familiares de los cadetes asesinados: https://www.citizengo.org/es-lat/168029-mis-condolencias-familiares-fallecidos-y-heridos

*Formémonos: ve más allá de lo que ves, lees o escuchas en los medios tradicionales de comunicación, así como en las redes sociales. Es importante conocer a fondo, por ejemplo, las raíces y el desarrollo de la guerra política en Colombia, así como los referentes o líderes creyentes que actualmente le sirven al país desde cargos públicos.

*Actuemos: comparte este artículo con tus amigos y familiares, creyentes y no creyentes, generando espacios de diálogo y debate con puntos de vista perspicaces.

*Foto principal: tomada de https://miamidiario.com

**Este artículo fue actualizado el 21 de enero, después de que el ELN reconoció la autoría del atentado terrorista.

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