Fe Testimonios

Fray Nelson Medina o el científico de la Fe

La ciencia parecía arrebatarle el llamado al sacerdocio, pero la Virgen María “metió la mano” por su corazón de hombre consagrado. Un día el joven Nelson, a quien lo ilusionaba convertirse en el primer Nobel de Física para Colombia, lo interpeló en lo más profundo la pregunta: “¿ya resolviste el problema de Jesucristo?”. El hoy sacerdote dominico, predicador reconocido en el país y el mundo, agradece el regalo de un milagro eucarístico vivido hace un par de meses. Historia de una convicción.

El 5 de mayo de 2018 el altar donde Fray Nelson Medina celebraba la Santa Eucaristía se convirtió en un laboratorio de Fe. Tiempo atrás, a sus 19 años, en su proceso de conversión de la “religión” de la ciencia al catolicismo, y puntualmente de su retorno al llamado al sacerdocio, ya comprendía que en el Sacramento de la Eucaristía “ocurre aquello que ningún laboratorio de partículas puede hacer”. Lo sucedido hace apenas dos meses fue una bellísima confirmación de aquella convicción:

“… en el momento en el que dije: ‘esto es mi Cuerpo’, la hostia que estaba sobre mi mano cambió su temperatura, es decir: ¡adquirió otra temperatura! Yo sentí el calor que salía de la hostia ya consagrada (…) y cuando yo cerraba los ojos yo no sentía que tuviera ahí una hostia, yo sentía una mano… ¡sentía la mano de una persona! ¡Es algo impresionante! Se sentía la temperatura humana, como cuando le tomas la mano a un amigo o a una amiga”, narró el sacerdote colombiano en un audio que grabó ese mismo día y se difundió rápidamente en chats católicos.

¿Milagro eucarístico? “Doy Fe, delante de Dios doy Fe de que esto me sucedió. ¡Ayúdenme a darle gracias al Señor! Por favor, tomemos en serio y con amor la presencia de Cristo en la Divina Eucaristía, ahí está Él, no es un símbolo, es real”, expresó, entre lágrimas, Fray Nelson, quien participaba de un congreso de la Renovación Católica Carismática en Asunción (Paraguay).

¿Y cómo no conmoverse? Ahora, desde el Convento de Santo Domingo de los Dominicos en Bogotá, su casa mientras permanece en Colombia, y sintiéndose todavía indigno, recuerda aquel día y para él significa un contundente “Yo estoy aquí, estoy contigo” de Nuestro Señor Jesucristo, a quien consagró su vida en el sacramento del Orden Sacerdotal hace 26 años.

En efecto, Dios ha sido celoso del alma de Fray Nelson, un religioso de la Orden de los Predicadores que, después de haberse dado a conocer a través de emisoras católicas y empezado a recorrer el mundo con sus prédicas, se ha consolidado como un influencer católico en el mundo digital, no por mostrarse como un sacerdote light, sino por la contundencia y sensatez al hablar que atraen: 43 mil seguidores en Facebook, 23 mil en Twitter y más de 30 mil suscriptores del boletín electrónico “Alimento del Alma” lo demuestran.

Su papá, Bernardino Medina, un lúcido abogado de 86 años, recuerda muy bien la noche de un 15 de agosto cuando el adolescente Nelson los acompañaba a un grupo de oración que dirigían los Dominicos: “llegó la hora de la comunión, cuando de pronto Nelson rompe a llorar (…) lloraba, lloraba y lloraba. Papá y mamá saltamos: ‘¿qué te pasa?’, pero no contestaba nada. El que dio con el ‘chiste’ fue el padre Pacho Pardo, quien se le acercó y me parece verlo sobándole la cabeza a Nelson, y le preguntó con una sonrisa muy dulce: ‘tú has sentido el paso del Señor, ¿verdad?’, y él contestó, con la cabeza, que él había sentido a Jesucristo al lado”.

En ese momento, además, una monja franciscana, “reverenda y voluminosa”, le dijo que sería sacerdote. Fray Nelson relata que, en efecto, sintió el llamado a la vocación sacerdotal a los 15 años, aunque su papá asegura que la primera vez que él le habló de esto fue a sus 12 años, en una conversación de padre a hijo en la que tomó su palabra tan seriamente, como cuando destaca la seriedad y credibilidad del hoy predicador.

No obstante, cuando Nelson cumplió los 16 años le empezó a dar la espalda a Dios, hasta llegar al borde mismo del ateísmo y a sepultar su llamado.

“Cristo no entraba en mis ecuaciones”

Por tres años el entonces joven Nelson estudió en la U. Nacional / Tomada de http://agenciadenoticias.unal.edu.co

Tres hechos o catapultas marcaron la vida del talentoso estudiante: primero, ganó por dos años consecutivos las Olimpiadas de Matemáticas en Colombia, lo cual le permitió participar en la versión internacional: en 1981 en Estados Unidos y en 1982 en Hungría; segundo, cuando se graduó del Colegio Santo Tomás -también de los Dominicos-, en 1981, el Ministerio de Educación lo reconoció como el Mejor Bachiller del país, y tercero, al presentarse a las universidades de Los Andes y la Nacional para estudiar física pura, en ambas le ofrecieron beca completa desde el primer semestre (algo inédito). El cotizado Nelson escogió la institución estatal por la cantidad y la calidad de los laboratorios.

Desde pequeño se veían las puntadas del prototipo de hombre racional que sería años más tarde. “Desde un principio Nelson fue un intelectual y siempre muy inclinado a las matemáticas. Un buen día, no sabía ni siquiera hablar bien ni habría cumplido los tres años, hizo un tremendo descubrimiento: aprendió a contar, no sé de dónde lo sacó, del 10 al 0, en orden invertido: ‘10, 9, 8, 7…’, y repetía. Oiga, nos tenía mareados, pero nadie le decía nada, quería como fijar aquel descubrimiento de ‘altas matemáticas’ que acababa de hacer”, relata don Bernardino, padre con doña “Maruja” (q.e.p.d.) de cuatro hijos varones. Fray Nelson es el tercero.

Así que la oportunidad de estudiar física pura en la Universidad Nacional condujo rápidamente al brillante joven a una vertiginosa carrera que apuntaba a ganar el Nobel de Física, el primero para Colombia. ¿Por qué no? En medio de su impecable desempeño entre conceptos, principios, teorías y leyes básicas, una profesora lo motivó a estudiar alemán para que después de graduado se presentara a un doctorado en Europa y pudiera vincularse con el mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo (el CERN), el mismo donde se anunció en 2012 el hallazgo del “Bosón de Higgs” y que les mereció a dos científicos el Nobel en 2013.

“Me sentía sobrado, arrogante, vanidoso y antipático”, afirma Fray Nelson en el testimonio de su vida y conversión, grabado en 2016 en la capilla de la U. Nacional. La fascinación por la ciencia lo llevó a olvidarse de Dios, y aunque hoy en día sostiene que esta “no tiene la culpa” en la medida que es noble, aumenta la capacidad de asombro y mientras plantee “las preguntas adecuadas”, reconoce que la idolatró.

“Cristo no entraba en mis ecuaciones, no entraba en mi mundo (…) El peor pecado del universitario es el egoísmo, centrarse en sus éxitos”. Y eso le pasó.

En lo más profundo de su interior resonaba, sin embargo, un anhelo de trascendencia y eternidad que no podían satisfacer la física y las matemáticas juntas (pues también inició esta segunda carrera), ni sus preguntas y respuestas sobre el origen mismo del Universo. Ciertamente nunca dejó de creer en Dios, como dice él, por Su Misericordia. Y Dios, que deja las 99 ovejas por una sola que se haya alejado, lo buscó nuevamente.

La Virgen María lo rescató en plena clase

La primera vez que se cuestionó si valían la pena sus estudios para “llegar a ser el súper científico famoso” fue en la oficina de la misma profesora alemana que lo ilusionó con ganarse el Nobel de Física, cuando la escuchó hablar con otro estudiante de que este debería invertir al menos 15 años más en estudiar las “dimensiones del vacío” si quería marcar un hito como científico. “¿Toda una vida empeñada en esto? Más bien me dejaba una sensación… ¡de vacío!”.

Un día, en una clase llamada mecánica analítica, “empezó una inquietud inexplicable, hasta el día de hoy diría que casi inexplicable, por conocer y ver a la Virgen, y ese deseo de estar cerca de ella me llevó a la capilla de la universidad, donde empezó a levantarse mi Fe”, cuenta Fray Nelson.

La capilla de la U. Nacional donde Fray Nelson empezó a recuperar su Fe / Tomada de http://en.wikigogo.org

Allí retomó la oración, la lectura de la Palabra de Dios, los sacramentos como la confesión y la comunión, apoyándose, además, en un grupo de oración de su barrio al que lo invitó uno de sus hermanos y luego en su amistad con el padre eudista Rafael García Herreros, de la Renovación Católica Carismática (Minuto de Dios), quien lo inquietó todavía más: “entre tanto problema que se dedica a resolver con la física y las matemáticas, ¿ya resolvió el problema de Jesucristo?”.

Para el converso Nelson esa pregunta fue clave: “el Señor realmente conquistó mi corazón y me mostró aquello de lo que me estaba perdiendo. Con la intervención providencial de la Virgen, esa idolatría por la ciencia se fue agrietando hasta caer y cuando cayó, pues lo que quedó en pie fue lo que Dios había construido: su llamado primero a que le sirviera. ¡Resucitó la vocación!”.

Y es que la Virgen María no solo “metió la mano” en aquella clase de física, sino que desde el nacimiento de Fray Nelson el 13 de mayo -Ntra. Señora de Fátima- de 1965, pasando por aquel 15 de agosto -Asunción de la Virgen- cuando siendo adolescente lloró de forma incontenible, hasta el pasado 5 de mayo en el momento en que vivió el milagro eucarístico, Ella se ha encargado de arroparlo y llevarlo a su Hijo, Jesús. En efecto, el Santo Rosario ha marcado el itinerario de este religioso, perteneciente a la Orden que fundó Santo Domingo de Guzmán, a quien la Madre de Dios le enseñó, en persona, a rezar el rosario (además, los Dominicos son quienes custodian el lienzo renovado de la Virgen de Chiquinquirá, reina y patrona de Colombia).

En diciembre de 1984 el joven Nelson ingresaba a la comunidad religiosa, después del “empujón” de Dios con el cierre de la Nacional por protestas en ese año. “¿Qué tiene que ver la física con la Virgen María?”, se seguía preguntando, hasta que un día en oración supo la respuesta:

“Si quieres entender el Universo como lo pensó Dios, mira a María: Ella es el resumen, imagen y expresión más bella de lo que Dios ha querido en el Universo”.

Tomada de https://www.cathopic.com / Por Matías Medina

Un predicador de talante y corazón humilde

Fray Nelson fue ordenado sacerdote el 21 de marzo de 1992. Ese día, entre los asistentes, estaba la pareja de profesores de la Nacional que hacía 11 años había ido hasta la casa de los Medina Ferrer buscando al talentoso bachiller. “Al final de la misa me dijeron: ‘la ciencia ha perdido a un gran científico, pero la Iglesia ha ganado a un gran sacerdote’”, narra don Bernardino.

Retrato de Santa Catalina de Siena / Tomado de http://www.elboa.org

En sus años de formación como ministro de Dios, el religioso cambió a Isaac Newton y Albert Einstein por Santo Tomás de Aquino y Santa Catalina de Siena, doctores de la Iglesia (maestros en la Fe) que se convirtieron en sus dos faros. Así, @fraynelson cambió la física de las partículas por las profundidades del corazón humano, allí donde las historias y los dolores de las personas tejen otras preguntas y problemas por resolver, y el conocimiento permite amar en la verdad.

También se podría decir que se graduó como “un científico de la Fe”. Ante la pregunta: “¿por qué existes?”, Fray Nelson concluye que tanto el científico como el filósofo, si son honestos y humildes, se encuentran con que ninguno puede construirse desde sí mismo, sino que descubre “una radical dependencia, ante la cual le quedan solo dos posibilidades: una es el absurdo, ‘las cosas son así, porque son así’, o reconocer que algo o Alguien está soportando todo esto. Así que la más exquisita, exigente y estricta racionalidad, libre de capricho, termina finalmente en un acto de Fe, sin escape, y eso significa que es artificial cualquier conflicto entre razón y Fe”.

Con su comunidad de Familia Espiritual durante un retiro / Cortesía.

En su ministerio como predicador ha sido de particular importancia, además, su comunidad de laicos “Familia Espiritual”, que se enfoca en la oración, la formación y la evangelización. Sus amigos en la Fe lo describen como “un hombre de carácter que sostiene lo que dice así se gane enemigos, él tiene una mente y un corazón de profeta, y sobre todo es un sacerdote fiel y obediente a la Iglesia”, señala Adriana del Pilar Torres, así como para Valentina Leal “se caracteriza por su generosidad, con un corazón muy humilde y sensible a los toques de Dios en las almas”.

Para Fray Nelson toda su vida se resume -su propia existencia- en un acto de misericordia de Dios con él, de Aquel que ama (cordis) su miseria humana, sosteniéndolo con un “Yo estoy aquí, estoy contigo”, como el del milagro eucarístico del 5 de mayo, cuando este sacerdote sintió la mano de Jesucristo en la suya como un auténtico acto de ternura que conforta en medio de las dificultades y confirma en la Fe. Y la Virgen María, que ha estado siempre presente, guarda en su corazón de Madre aquellos regalos interiores para su hijo consentido, un fray llamado Nelson.

*Foto principal: Cortesía / Archivo personal.

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1 Comment

  • ME DEJO FASCINADA EL RESUMEN DE La VIDA DE FRAY NELSON, ES UN DESAFIO PARA NOSOTROS LOS RELIGIOSOS QUE NOS FALTA PONER MAS EMPEÑO EN CULTIVAR LA SENCIBILIDAD A ESE ENCUENTRO CON Jesus para que nuestro obrar sea consecuente