Fe

¿Hay razones para creer?

Escrito por Redacción R+F

Por Jesús Vallejo Mejía

Es evidente que los cristianos y, en especial, los católicos albergamos creencias que desafían la racionalidad científica y, por consiguiente, resultan difíciles de entender y aceptar para aquellos que dicen que solo se fían de lo que las ciencias positivas tengan por bien establecido.

No faltan los que se mofan de la idea de que una virgen haya concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y exijan, siguiendo a Hume, pruebas extraordinarias para los hechos extraordinarios en que se funda nuestra fe.
Pero esas pruebas extraordinarias existen, están bien documentadas y son contundentes.
La primera de ellas la encontramos en la excelencia de la doctrina moral del cristianismo, cuya contemplación llevó a un pensador de la talla de Bergson a afirmar que solo un Dios podría haber concebido el Sermón de la Montaña. Tal como lo muestra Mgr.  Osterreicher en su libro “Siete Filósofos Judíos Encuentran a Cristo“, nada menos que el propio Henri Bergson, Edmond Husserl, Adolf Reinach, Max Scheler, Paul Landsberg, Max Picard y Edith Stein se suman a muchísimos otros intelectuales de renombre al declararse convencidos de la divinidad de Cristo en virtud del sublime contenido de sus enseñanzas.
Como los hombres tendemos a hacernos los sordos ante la Palabra de Dios, esta se afirma mediante signos visibles, los que llamamos milagros, de los que se ocupa un interesante libro de Pierre Delooz que lleva precisamente por título “Los Milagros, ¿un desafío para la ciencia?“, en el que se hace un recuento de los cerca de mil doscientos milagros aprobados en el marco de las beatificaciones y canonizaciones de la Iglesia Católica (Ed. Andrés Bello, Santiago, 2000).
El mayor de los milagros es la resurrección de Cristo. Lee Strobel, un galardonado editor de temas legales del Chicago Tribune, molesto por la conversión de su esposa, se dedicó a escudriñar con ojo crítico los testimonios sobre la vida de Cristo, con el ánimo de convencer a su cónyuge del camino equivocado que había emprendido. Tuvo que rendirse ante las evidencias y terminó no solo convirtiéndose él mismo, sino abandonando su brillante carrera como periodista de investigación para abrazar el oficio de pastor de la iglesia bautista. Su historia puede leerse en “El caso de Cristo, una investigación personal de un periodista de la evidencia de Jesús“, publicado por Editorial Vida en Miami en 2014. El libro ha figurado como “best-seller” en los registros de The New York Times y se consigue fácilmente en Amazon.
A los escépticos les convendría ocuparse de la Sábana Santa de Turín, que ofrece serios motivos de credibilidad acerca de que constituye el auténtico envoltorio del cadáver de Cristo y el registro de su muerte y resurrección. Sobre el tema hay abundantísima bibliografía, en la que se destaca “El Misterio de la Sábana Santa”, de Pierluigi Balma Balloni (Algaida Editores, Sevilla, 2009). Y para mayor abundamiento, podrían estudiar los casos del Sudario de Oviedo y el Velo de Manoppello, sobre los que hay dos libros muy bien refrenciados, en su orden, de José Manuel Rodríguez Almenar y Paul Badde.
Este último escribió, además, una obra de obligada referencia, “Maria of Guadalupe: shaper of history, shaper of hearts” (Ignatius Press, San Francisco, 2008), sobre la más importante de las apariciones marianas, pues de ella queda registro vivo en la tilma milagrosa que se venera en México.
Yves Chiron publicó hace algún tiempo su “Enquête sur les apparitions de la Vierge” (Le Grand Livre du Mois, Paris, 1985), dentro de las que hay que destacar, además, las de Lourdes y de Fátima.
La primera es famosa por las curaciones inexplicables desde el punto de vista médico que se han producido en visitantes del santuario que lleva su nombre, de una de las cuales dio fe en “Viaje a Lourdes” Alexis Carrel, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina. Menos conocido, pero no menos elocuente, es el testimonio de Franz Werfel, gran escritor judío y tercer esposo de Alma Mahler, quien huyendo de la persecución nazi tuvo que refugiarse cerca de Lourdes, en donde tuvo conocimiento de los pormenores de la historia de las apariciones. Para cumplir su promesa de escribir sobre el tema si lograba salvarse de los nazis, publicó poco después, en Estados Unidos, un bellísimo libro, “La Canción de Bernadette: Historia de las Apariciones de la Virgen de Lourdes”, (Ediciones Palabra, Madrid, 2010), que sirvió de base para una también preciosa película que se filmó en 1943 y puede conseguirse en DVD en el mercado doméstico o verse en youtube a través del siguiente enlace:

Sobre Fátima, me limito a mencionar el “Milagro del Sol”, presenciado por varias decenas de miles de personas el 13 de octubre de 1917 y sobre el cual hay registro gráfico.

¿Y qué decir de las lacrimaciones de Akita, que divulgó la televisión japonesa y pueden verse también en  el siguiente enlace de youtube:

El tema de los Milagros Eucarísticos ha sido estudiado a fondo por el Profesor Ricardo Castañón Gómez Ph.D. en su libro “Más allá de la Razón…un diálogo de complementariedad entre la Ciencia y la Fe”, publicado en Bolivia en 2009 por el Centro Internacional de Estudios Para La Paz. Sus impresionantes descubrimientos están al alcance de todos en el siguiente video:

Pero más importantes que estos signos visibles, son los que podríamos llamar “milagros interiores”, tales como los fenómenos de conversión que experimentaron Paul Claudel y muchísimos más, entre los que destaco a Manuel García Morente, el célebre filósofo español, autor de unas memorables “Lecciones Preliminares de Filosofía” que han servido a varias generaciones de estudiantes como guía para iniciarse en el estudio de tan excelsa disciplina. Sobre esta edificante conversión puede documentarse el lector en Fluvium.
Milagros interiores son también los cambios radicales de vida que muchos hemos experimentado y solo podemos atribuírlos a la acción providente y misericordiosa de la gracia de Dios. A quien desee conocer más sobre el asunto, le recomiendo que lea el libro de Joseph Kessel, “Alcohólicos Anónimos”, publicado por Plaza y Janés en Barcelona en 1969, o se acerque a pedir literatura disponible en las Oficinas de Servicios Generales de A.A.
Leí hace poco en Crisis Magazine un acertado artículo de Anthony  Esolen que lleva por título “A Response to Enemies of the Faith“, en el que observa que, a diferencia de los críticos de antaño que se tomaban el trabajo de estudiar los fundamentos de nuestras creencias religiosas antes de combatirlas, los de hoy suelen ignorarlos, de suerte que hablan sobre lo que no saben. Tal el caso de Dawkins, al tenor de las declaraciones que dio para la prensa capitalina a raíz de su reciente visita a Colombia. El artículo de Esolen puede leerse aquí.
Tomado del Blog Pianoforte con autorización de Jesús Vallejo Mejía
Imagen principal: El Tiempo

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