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El “Míster” se arriesgó a vivir: el joven que falleció en la cascada del río Pance (Cali)

Se cumple hoy un mes del fallecimiento de Sebastián Gamboa, quien resbaló por una cascada en el sector del río Pance (Cali) mientras hacía un recorrido ecológico con un primo y un amigo. Varios medios locales y nacionales informaron sobre el trágico accidente, mientras su familia afrontaba su dolorosa pérdida. Reproducimos un texto que se leyó el día de las exequias para recordar que desde nuestra Fe católica la virtud de la esperanza nos permite confiar en la Vida Eterna, el verdadero fin del peregrinaje en la Tierra.

De Sebastián Gamboa Serna se podría decir que fue un muchacho de 19 años que un día, movido más por su corazón que por su razón, se encontró con la muerte de frente, la misma que hacía tres años le había arrebatado a su madre, de apenas unos treinta y punta de años. Dos tragedias escritas en el mismo mes de enero y una familia adolorida y consternada.

De inmediato varios medios de comunicación dieron cuenta de los hechos, algunos más o menos con precisión, porque no fueron los bomberos quienes encontraron el cuerpo del “míster”, como lo llamaba su mejor amigo, sino su papá y su tío, quien movido por la convicción de que Dios lo guiaría hasta donde se encontraba, lo halló sin vida… o, más bien, sin “vida en la Tierra”.

Porque siempre será un misterio para nosotros, mientras sigamos peregrinando aquí, qué pasó en aquellos últimos instantes de signos vitales para Sebastián, pero podemos tener la certeza de que su corazón empezó a latir en la eternidad, confiando en el buen Dios de que ahora lo esté haciendo al lado de su madre.

La verdad es que el “Míster” se arriesgó a vivir, y como ciertamente morimos según hayamos vivido, se podría decir que “Gamboita” o “Tiana” murió en su propia ley: la ley de lo que le apasionaba.

¿Y cómo no cuestionarnos ante esto? Porque así como para quienes acompañaban ese día a Sebastián en el recorrido por el sector del río Pance, el mensaje contundente fue que Dios les dio otra oportunidad para vivir, quizás para nosotros el llamado es el mismo: “arriesguémonos a vivir”.

Muchos de quienes estamos acá debimos hacer un pare en nuestras actividades diarias: el trabajo o el estudio, precisamente porque sabemos del valor de la familia y decidimos unirnos con Josué, Martha Doris, Lucas y Víctor Hugo para rodearlos con nuestro amor, expresado en esos abrazos “rompecostillas”, en esas miradas serenas, en esas palabras reconfortantes y en las abundantes lágrimas que siempre limpian el alma.

Así que, si queremos honrar el corazón, el espíritu y la vida de Sebastián Gamboa Serna, arriesguémonos a vivir:  cada uno sabe, en el fondo del corazón, qué lo paraliza y no le permite ser un mejor hijo, un mejor hermano, un mejor papá o mamá, un mejor amigo, un mejor novio o novia, esposo o esposa, un mejor cristiano, un mejor ciudadano… porque solo tenemos una vida, de la cual depende nuestra eternidad: ¡y todos estamos llamados al cielo!

*Este texto se ha publicado con autorización de los familiares de Sebastián.

*Foto principal tomada del Facebook de Sebastián.

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