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Los líderes de la Iglesia Católica se ponen la camiseta de la Marcha nacional por la vida

Por primera vez en los 12 años de historia de la movilización pacífica, promovida por la plataforma Unidos por la Vida, la Conferencia Episcopal de Colombia apoya formalmente la iniciativa e invita a obispos, párrocos y laicos a que se unan el próximo 5 de mayo para que salgan a las calles y manifiesten su inconformismo por la decisión de la Corte Constitucional a favor de la eutanasia infantil. El 27 de mayo serán las elecciones presidenciales y esta marcha permitirá, además, “medir el aceite” de los candidatos que realmente están comprometidos con la defensa y la promoción de la vida.   

“Invitamos a quienes creen en el valor fundamental de la vida a emprender iniciativas para custodiarla en todas sus etapas y circunstancias. Apoyamos la ‘Marcha nacional por la vida’, que viene promoviendo una plataforma ciudadana para el próximo 5 de mayo, y los convocamos a participar en ella”, dice el comunicado que publicó este 20 de marzo la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en respuesta a la resolución que finalmente expidió el Ministerio de Salud reglamentando la eutanasia infantil, por orden de la Corte Constitucional.

En la misiva, que fue enviada a primera hora a los correos electrónicos de los 136 obispos de Colombia (incluyendo a los eméritos) y a los párrocos, la CEC lamenta categóricamente que el Gobierno Nacional haya hecho caso omiso del rechazo masivo de la ciudadanía ante esta medida, empezando por las mismas asociaciones médicas, universidades, grupos de familias y organizaciones sociales, así como por las 9.220 firmas de igual número de ciudadanos, pidiéndole al Consejo de Estado que falle a favor de la tutela interpuesta por el Héroe CNN Jeison Aristizábal para revertir dicha decisión (si quiere firmar, todavía lo puede hacer aquí).

“Promover la eutanasia es sumarle más muertes a las muertes que ya hemos sufrido; no alcanzaremos la paz si continuamos atentando contra la vida”, continúa el comunicado, insistiendo en la coherencia que debería mantener el Gobierno de Juan Manuel Santos en su apuesta por la solución negociada del conflicto armado, llamado que la Conferencia también hizo en su misiva del 1 de marzo, cuando se dio a conocer el borrador de la resolución de eutanasia infantil.

[mks_pullquote align=”left” width=”300″ size=”24″ bg_color=”#1e73be” txt_color=”#ffffff”]”La Iglesia nos ha enseñado a defender la vida, los obispos cuentan con nuestro apoyo para esto y nosotros con su entusiasmo”.[/mks_pullquote]“Cada obispo es autónomo en recibir nuestro llamado, pero estoy seguro de que animarán a los párrocos para que se unan a la marcha y alienten, a su vez, a los fieles”, afirmó el padre Daniel Bustamante, Director del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida y la Familia de la CEC. Agregó que el llamado a marchar también incluye a los no creyentes, quienes solo con su razón pueden reconocer el valor intrínseco y supremo de la vida humana.

Obispos y candidatos presidenciales, a la calle

Para Jesús Magaña, Director de la plataforma ciudadana “Unidos por la vida” y promotor de la “Marcha nacional por la vida”, que la CEC haya realizado un comunicado formal resulta un espaldarazo a tantos años de labor provida en Colombia. La primera marcha, realizada el 2 de abril del año 2006 como protesta ante la despenalización del aborto por la Corte Constitucional, convocó a un millón de personas. La de 2017 reunió a unos 300 mil ciudadanos en 50 municipios.

Esto nos exige una mayor responsabilidad en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Saldremos a marchar por los niños que son abortados y los que ahora están en riesgo por la eutanasia, los adultos mayores, las mujeres que fueron obligadas a abortar siendo guerrilleras, así como por las personas que mueren injustamente en secuestros o en medio de un hurto. Toda vida humana es sagrada”, explicó Magaña.

Jesús Magaña, Director de Unidos por la Vida, y monseñor Daniel Falla, en la marcha de 2017.

Jesús Magaña, Director de Unidos por la Vida, y monseñor Daniel Falla, Obispo de Soacha, en la marcha de 2017.

Para este año, además, están trabajando en alianza con los organizadores de la marcha provida en Perú, donde el promedio de participación en las últimas movilizaciones oscila entre 500 mil y 700 mil ciudadanos. La clave ha sido, según el Director de Unidos por la Vida, el trabajo mancomunado entre obispos, sacerdotes y laicos de a pie, empezando por el Arzobispo de Lima, el primero en ponerse la camiseta a la hora de convocar, comprometer a las personas y salir a las calles.

“En Colombia también han salido varios obispos a las calles, por ejemplo, monseñor Daniel Falla, Obispo de Soacha, y monseñor Juan Vicente Córdoba, Obispo de Fontibón y Presidente de la Comisión Episcopal de la Vida de la CEC. Recuerdo mucho cuando a sus ochenta años de edad salió el obispo emérito de Cali a las calles”, destacó Magaña. “Mi mensaje para los obispos es que la fuerza del Estado se está enfocando en contra de la vida de los más indefensos, estamos en riesgo de dictadura y es momento de preocuparnos mucho. La Iglesia nos ha enseñado a defender la vida, cuentan con nuestro apoyo para esto y nosotros con su entusiasmo”.

[mks_pullquote align=”right” width=”300″ size=”24″ bg_color=”#1e73be” txt_color=”#ffffff”]En Colombia, según datos oficiales de la Iglesia Católica, se registraban en 2015 más de 45 millones de bautizados. [/mks_pullquote]Sobre la incidencia real y la utilidad de este tipo de manifestaciones, pretexto en el cual se escudan muchas personas, incluso católicos de buena fe, para no salir a las calles, Magaña respondió que el primer impacto es el que viven quienes precisamente salen a marchar pacíficamente: “la pasan muy contentos, porque es una oportunidad para contagiarse con la alegría de la vida y saber que no están solos”.

El otro impacto que se prevé para este año, decisivo por las elecciones presidenciales, será el mensaje categórico que los ciudadanos les darán a los candidatos para “que abran su corazón y elijan la vida”. De hecho, los invitarán a marchar y su presencia allí será un claro signo de que se están comprometiendo con la defensa y la promoción de la vida, lo cual se debería traducir en que el presidente electo revoque de inmediato la resolución de eutanasia infantil, para citar un solo ejemplo. También convocarán a los cerca de 15 congresistas electos de corte provida.

“Necesitamos que nuestros gobernantes y demás representantes se manifiesten en contra de la dictadura de la Corte Constitucional, que paradójicamente está gobernando, y en contra de la propia Constitución. Ahora aprobó la pornografía infantil, que los menores de edad puedan cambiar de sexo sin ningún problema y discute sobre la comercialización de los órganos de bebés abortados”, puntualizó Magaña.

Así como la “Marcha nacional por la vida” No. 12 “les medirá el aceite” a los candidatos presidenciales y a los congresistas electos (2018-2022) en cuanto a su coherencia con la protección de la vida humana en todas sus etapas, especialmente cuando es más débil e indefensa -como tantas veces ha reiterado el Papa Francisco-, también medirá la capacidad de liderazgo y convocatoria de los pastores de la Iglesia Católica, que bajo su responsabilidad tienen a 45,3 millones de bautizados (datos de 2015 de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia Católica), equivalentes al 94% de la población y en la cual no todos son practicantes.

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