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Cantando las mañanitas a la Virgen de Guadalupe, Ordóñez asume la recta final de la precandidatura

Escrito por Redacción R+F

Cantándole las mañanitas a la Virgen de Guadalupe en vísperas de su fiesta y en compañía del actor Eduardo Verástegui, Alejandro Ordóñez inició el tramo final de su precandidatura presidencial, la cual definirá quién será el candidato de la coalición de derecha para la primera vuelta presidencial, el cual tendría casi asegurado un puesto para la segunda vuelta.

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La devoción de Ordóñez por la Virgen de Guadalupe es de muy vieja data, y ha tenido un gran significado en su carrera política. El día de su primera elección para la Procuraduría General de la Nación, cuando el periodista Daniel Coronell había asumido el liderazgo de una dura campaña de desprestigio en su contra a raíz de sus creencias religiosas, se encontraba una “imagen peregrina” de la Virgen de Fátima en las oficinas del Senado, a quien le encomendó el resultado final de la elección.

En varias ocasiones viajó a México como Procurador, aprovechando cada oportunidad para visitar la basílica de la Virgen en compañía de su familia y de su círculo cercano de colaboradores. Luego para su reelección, cuando había una estrategia a varias bandas entre académicos, magistrados, políticos y activistas del aborto para frenar su postulación, Ordóñez hizo un viaje a México para encomendarle su destino.

En esta ocasión fue el huracán Sandy el que permitió que se cancelara una audiencia en Washington programada para noviembre a solicitud de la activista Mónica Roa ante los magistrados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (los amigos de Petro), para pronunciarse contra Ordóñez como perseguidor de los defensores de los derechos de las mujeres (activistas abortistas), algo que de haber sucedido habría hecho inviable su elección días después en el Senado.

También le encomendó su proceso de nulidad en el Consejo de Estado a la Virgen de la Borradora en Quito (quien tiene la fama de haber borrado la parte final de una sentencia a muerte de un inocente en Quito, permitiendo que llegaran las pruebas que lo dejarían finalmente en libertad), el cual se retrasó en varias oportunidades, una de ellas porque se borró el expediente del computador de la Consejera ponente y solo salió de su cargo para asumir junto a Uribe la triunfante campaña del NO, un hito clave en su actual precandidatura presidencial.

Ahora ha comenzado el trecho final de su precandidatura, enfrentándose al candidato de Uribe, Iván Duque, y a la de Pastrana, Marta Lucía Ramírez, a través de un mecanismo de elección que estaría pendiente de definirse, pero que sería una encuesta o una consulta popular junto con las elecciones al Congreso en marzo del próximo año.

Ambos caminos son difíciles para Ordóñez, pues con los medios de comunicación como jefes de oposición a su candidatura el sistema de encuestas podría terminar favoreciendo a Duque o a Marta Lucía, quienes son vistos con buenos ojos por el establecimiento liberal por su disposición a conceder y negociar en los temas morales. La otra vía, la de la consulta interpartidista en marzo, tiene como ventaja para Duque que tendrá toda la maquinaria del Centro Democrático a su favor, con Uribe a la cabeza y acompañando la publicidad de los candidatos al Congreso, recursos imposibles de equiparar para la estructura política de Marta Lucía y Ordóñez.

Sin embargo, a Ordóñez no le conviene ser candidato de la Coalición sin obtener un claro respaldo popular. Las encuestas son siempre cuestionables y Ordóñez no tiene margen de maniobra para asumir dudas sobre su legitimidad como candidato de la coalición, poniendo en riesgo la unidad de las bases conservadoras y uribistas cuando arrecien los ataques de los medios y de sus opositores políticos, en especial de los moderados dentro de su coalición.

Si Ordóñez es capaz de vencer en las urnas a Duque junto a la maquinaria de Uribe (quien intentará evitar a toda costa que el Centro Democrático termine como segundo de abordo del próximo presidente), no solo obtendría de manera contundente e incuestionable la candidatura de la coalición, sino que le daría un aire místico a su campaña (el descartado por todos que termina venciendo de forma milagrosa), algo que le puede ganar el respeto de los militantes más centristas y moderados de la coalición y movilizaría a las bases para enfrentar la primera vuelta.

Por ahora los primeros sondeos en redes sociales realizados por twitteros de derecha indican que su candidatura comenzó por buen camino:

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